Por Aurelio Contreras Moreno
“No nos interesa quedar bien con quien nos critica”, sentenció el domingo pasado el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, molesto porque los medios no aplauden las “acciones” emprendidas por su administración para combatir la delincuencia en el estado.
Pareciera que, como sus antecesores inmediatos, el gobernador Yunes Linares prefiriera encerrarse en una burbuja y aislarse no sólo para no escuchar las críticas a los resultados de su administración, sino para no ver –o simplemente negarse a aceptar- lo que en realidad sucede en el estado que tanto se afanó por llegar a gobernar.
Según el gobernador, en Veracruz no hay guardias vecinales que por su cuenta se están armando con lo que pueden para defenderse de los delincuentes que asuelan sus colonias. Tampoco admite que cada vez están más cerca de hacerse justicia por mano propia porque con las fuerzas del estado no se cuenta para nada.
Y eso pasa, aunque lo nieguen, prácticamente en las narices de la autoridad. En colonias de la capital del estado y municipios circunvecinos, en donde la gente está hasta la madre de que la asalten, la agredan y la maten. Sí, eso está documentado en esos medios a los que, según el mandatario, se les hace “fácil” criticar.
Tan “fácil” resulta, que este mismo domingo, la reportera de la agencia AVC Noticias, Verónica Huerta, fue agredida por policías estatales mientras realizaba la cobertura de una protesta y desalojo de personas en la carretera federal Nautla-Poza Rica, a la altura de la localidad de Casitas. Un elemento de Seguridad Pública se le abalanzó para arrebatarle y arrojar al piso su teléfono móvil, con el que documentaba los hechos.
Verónica Huerta, quien se caracteriza por ser una reportera valiente y pertinaz, denunció lo anterior en sus redes sociales y su queja fue replicada en varios medios de comunicación electrónicos.
Pero la respuesta del gobernador Yunes Linares fue negar que eso hubiera sucedido siquiera: “no hubo ninguna agresión. A nadie se golpeó”, dijo, a pesar de que la agresión quedó registrada en video y se difundió profusamente en las redes sociales.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares hace bien en no buscar quedar bien con nadie. No es ése su papel ni hay alguien que se lo está pidiendo en ninguna parte. Lo que sí se le exige, y no solamente los medios de comunicación y los periodistas, sino todos los habitantes del estado de Veracruz, es que cumpla con su obligación de garantizar la paz y la seguridad en la entidad, tarea en la que ha fallado contundentemente, aunque se niegue a admitirlo.
También habría que preguntarle al mandatario si para que algo califique como agresión y su gobierno le dé la importancia debida, debe implicar que haya sangre de por medio. Sería bueno tenerlo claro, para saber a qué atenernos los periodistas, en adelante, en las coberturas que realicemos o en los trabajos que publiquemos.
Por lo demás, tampoco es interés ni objetivo de los periodistas –al menos, de los que toman con seriedad su trabajo- quedar bien con el gobernador. Lo que debiera interesarnos a todos en Veracruz es que se respete la ley, que se detenga la violencia y que cada quién cumpla con sus obligaciones.
Pero desde la burbuja, la realidad se distorsiona. Que se lo pregunten a Javier Duarte.
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