-Victor Roccas
“Me crié en el absurdo de no desearle el mal a nadie, ni al menos a quienes tanto daño nos hacen continuamente, una parte maravillosa del conocimiento y consciencia es descubrir que los deseos como la esperanza son herramientas con las cuales nos causan el mayor perjuicio, y que el bien y el mal son valores de moralidad dictados por nuestros verdugos.” -V.Roccas
Caray estimado lector, primero recordaré nuevamente que a Vicente Fox le nombraron “La Cebra” por aquello de que es un burro que se fue rayado de lo cual hoy ya no cabe la menor duda, de no ser por abominaciones como Vicente Fox la especie humana por si misma podría encontrar un camino fluido hacia una evolución real, y por supuesto no hablo de la evolución tecnológica de la cual hemos sido testigos en los 2 últimos siglos, evolución que paradójicamente nos ha inmerso en la involución de nuestra propia humanidad, raciocinio y consciencia.
Pero es aquí, en esta paradoja, donde seres parasitarios como el Chente hacen que la balanza de la evolución-involución se incline totalmente en el literal retroceso humano.
Ahora no solo resulta que semejante monumento a la estupidez, y la involución del ser humano, se encuentra bien de salud ante el “mortal” virus del Covid-19, sino que la también nefasta fémina a la cual “La Cebra” le sirve de compinche, la señora Martha, y quien ejerció el poder real de la presidencia durante esa pandemia real llamada “Foxiato”, también se encuentra a salvo… carajo no solo no los partió un rayo, sino que cada respiración de esos dos ojetes es recuerdo doloroso de como le partieron el eje a todo México durante 6 putos años de ¡Esperanza y fe!
Y no es traer a recuento el presente gobierno gratuitamente ante la memoria del sexenio de “La Cebra”, pero disculpará el gentil lector, entre más días pasan más difícil es no caer en lamentables comparaciones sobre lo “político” que se repiten hoy como el mal fario de México.
Pero por supuesto que no es un mal fario o mala suerte, es simplemente la pereza social, la ignorancia del pueblo, la casi inexistencia de ciudadanía, la esperanza como recurso demagógico y la fe, mucha fe, más fe que nunca en lugar de consciencia social.
Y aún cuando debo aceptar con tristeza que tanto el “Borracho” como “La Cebra” han transitado a través del Covid-19 con total éxito, lo cual por experiencia propia no tiene nada de extraordinario pues igualmente un servidor enfermó y salió bien librado de la enfermedad, me hubiera gustado regodearme en una sana y necesaria crapulencia si tan solo se los hubiera cargado la chingada.
¡Caray entre tantos cientos de miles que a diario nos anuncian han muerto! ¿No hubo manera, posibilidad, carajo, al menos una pequeñísima probabilidad de que esos mierdas abandonasen este mundo terreno para dejarnos, sino devuelto lo mucho que robaron, al menos un poquito más de oxigeno a los demás? Aseguro que yo hubiera agradecido mucho ese detalle.
Pero como la esperanza es, insisto, el peor de los males que aquejan al hombre, me conformaré con señalar que “La Cebra” es la personificación de ese “mal fario” que aqueja a México desde hace 500 años de hispanidad, y por ello merece ser diseccionado “metafóricamente hablando”, aunque podría replantearse sin metáfora pero…
Bueno, no distraeré mi argumentación en vacuas masturbaciones de esperanza, prosigo; “La Cebra” debe ser objeto de estudio histórico, político y filosófico concienzudo, su pedestre y voluntarioso pensamiento, su popularidad frívola y chabacana, el carisma campirano pero de falsa esencia, su desprolija y brutal presencia, y una ignorancia tozuda e incomparable, que lo colocaron, como el cuento de la vaca en el tejado, en la presidencia a pesar de ser un pendejo vocacional, eso si con mucha iniciativa y evidente suerte.
Pues solo en México se concibe existan pendejos que consideren a un tipo como “La Cebra” vomitando consejos, opiniones, críticas, reseñas, o simplemente agitando los brazos como la lengua, a lo pendejo, como pie de balanza, juicio del acontecer actual y vocero de la derecha.
Si lo sé, es de risa loca, pero créame amigo lector, existe un séquito abundante de derecha que hoy consideran el Foxiato un sexenio de bienestar, desarrollo y abundancia, ¡La esperanza y la fe de la derecha aún viva en “La Cebra”!
Y luego me reprochan exagero al considerar que la esperanza y la fe son flagelos del ser humano…
Mucho hay que escribir sobre “La Cebra”, por supuesto no para rebosarle el ego a semejante mueble, casi huacal con vida, ni a sus fieles adeptos tan pendejos e ignorantes como su “Mesías Vaquero”, hay mucho que recordar históricamente sobre él y sobre el porque llego a ser ¡Presidente de la República! sin alguna capacidad mínima para el cargo, solo a base de relumbrón estético, popularidad enajenada, toneladas de esperanza y muchas más de fe.
Porque debemos aceptarlo “No tiene la culpa el Indio sino el que le hizo compadre”…
Por supuesto que esa experiencia de hace 21 años se olvidó, pues la desmemoria del pueblo es monumental y por tanto su ignorancia total, de ahí parte del porqué se ha repetido en esencia lo ocurrido hace 21 años y todavía hay quienes consideran la polítiquería actual es diferente por ser de pseudo-izquierda.
Entre la esperanza, la desmemoria, la ignorancia, la holgazanería mental, la sumisión, el servilismo, el populacho y la pasión traducida en fe de millones de pendejos, la consciencia social desaparece y no importa cuantos ejemplos y objetos de estudio existan a mano como “La Cebra”, “El Borracho”, “La Chimoltrufia”, “La Evita del Toloache”, “El Analfabeta”, “La Gaviota”, “El Cacarizo”, “El Orejón”, y tantos otros personajes solo sostenidos en la frívola y superficial memoria del mexicano, si solo nos arropamos con un juicio vulgar como el del ingenio del “mexicanito albureador” para ocultar la ignorancia más profunda y lamentable sobre la historia reciente y remota que como mal fario se repite y se repite no habrá margen para remediar tanta injusticia, impunidad e inconsciencia.
-V. Roccas.