Monedas de chocolate. Una historia en el Mayab es una obra de teatro guiñol que presenta una historia sobre la amistad, su valor e importancia y cómo implica en la vida de las personas. A partir de leyendas y relatos de pueblos originarios se creó este montaje que permite apreciar la época precolombina en la selva de la península de Yucatán.
En el marco del Programa de teatro para niñas, niños y jóvenes de la Coordinación Nacional de Teatro, la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), junto con la compañía Lunares teatro de objetos, de Quintana Roo, presentarán Monedas de chocolate. Una historia en el Mayab, de Araceli Pszemiarower, quien bajo la dirección de Luis Rivera López, también actúa en el montaje.
Esta puesta en escena forma parte del ciclo Nuestras Latitudes y ofrecerá cuatro funciones, del 23 al 25 de junio, viernes a las 11:00 horas, sábado a las 11:00 y 13:00, y domingo a las 13:00 horas, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque (CCB).
La obra aborda las aventuras de Kookay, la niña bailarina maya, y Yohualli, la princesa azteca. Ambas jovencitas pueden quererse por encima de las diferencias y de las distancias. Por medio de títeres, la compañía Lunares teatro de objetos presenta este relato a partir del cacao, una semilla ancestral llena de mitos, leyendas y tradiciones, presente en todas las culturas originarias de México. Este montaje convierte a esta semilla en el símbolo de lo sagrado y lo profano, dos concepciones opuestas acerca de la vida y del amor que media entre las protagonistas.
La estética del montaje presenta un mundo maya divino. La aparición en escena del poderoso dios del Maíz sembrando una semilla de cacao es un acto fundacional de la existencia del chocolate en la tierra, según la mitología maya.
En entrevista, la autora Araceli Pszemiarower compartió: “El primer impulso que tuve para crear esta obra fue la reivindicación de la defensa del territorio maya, así se fue ajustando y acomodando conforme iba conociendo la cultura y a los abuelos mayas.
“Nosotros como compañía tenemos nuestro abuelo en Yucatán, con quien participamos en ceremonias de cacao, así que se fue terminando de hilar la obra más hacia el Mayab y la cultura maya, luego se sumó la idea de no dejar morir el conocimiento, las tradiciones, como el hetzmek (bautismo maya), el cacao, la polinización y la importancia de la diversidad en la selva”, finalizó la también intérprete.
Monedas de chocolate recrea momentos que se tornan inolvidables en una historia que enaltece la cultura maya, las tradiciones sagradas, pero sobre todo la amistad, la empatía y sororidad entre seres humanos de la mano de títeres de guiñol, de mesa, de varilla y teatro de sombras.
Además de la representación con títeres, la música juega un papel fundamental en la obra. Las ambientaciones sonoras sumarán emoción a las escenas para adentrarse en las atmósferas por las que transcurre la historia: la selva, el calor, la noche, etcétera. Por otro lado, la multimedia ofrece una experiencia sensorial que conmueve a las y los asistentes.
La música original es de Jorge Coulin, el diseño de títeres y escenografía por parte de David Canul El Pájaro Tooj, mientras que la animación de videos es de Pablo García Robles.
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