Joel Hernández Santiago
Hasta terminar la presidencia de Enrique Peña Nieto en noviembre de 2018, de los 136 artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, sólo quedaban intactos 22; en 101 años se realizaron 229 decretos de reformas para un total de 699 cambios.
Tan sólo de 1982 a 2018 se llevaron a cabo el 70 por ciento de las reformas: Con Miguel de la Madrid hubo 66; con Carlos Salinas de Gortari 55; Ernesto Zedillo Ponce de León 77; Vicente Fox 31; Felipe Calderón Hinojosa 110 y Enrique Peña Nieto 147… Andrés Manuel López Obrador ha comenzado ya a hacer reformas…
La Constitución de 1917 a propuesta del entonces presidente Venustiano Carranza, reformaría la de 1857, y aportaría cambios importantes, particularmente en lo relativo a los derechos sociales, con énfasis en los derechos agrarios, laborales, educativos… Lo cual chocaba con los cambios de política económica iniciados por Miguel de la Madrid que la entiende a modo del neoliberalismo.
El doctor Diego Valadés, constitucionalista, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y autor de “La Constitución Reformada”, “Constitución y Política” “Constitución y Democracia”, entre otras obras dice que:
“El problema de los cambios que se le han aplicado a la Carta Magna de 1917 es que se ha engrosado su contenido tres veces más de lo que originalmente aprobaron los Constituyentes. El texto original tenía 21 mil palabras y el texto actual -2018- tiene 65,447. Para el final del sexenio de Calderón el texto tenía 54,815 y Peña Nieto ha agregado 10,632 a raíz de las modificaciones realizadas en su sexenio”. (Citado por Ruy Alonso Rebolledo).
No sólo la Constitución mexicana fue el resumen de los cambios que el nuevo régimen quería dar al país, esto tenía un contenido histórico porque rescataba el ideal juarista de un Estado de Derecho en donde la justicia y lo jurídico serían la balanza de equilibrio político y social. Pero ya en 1917 las cosas habían cambiado y la insistencia de grupos políticos, militares y sociales llevaron a recuperar las encomiendas Revolucionarias más importantes…
[‘El 22 de octubre de 1916 se efectuaron las elecciones para elegir diputados (1 por cada 70 mil habitantes). Carranza se aseguró de convocar a personajes que simpatizaban con la causa constitucionalista, principalmente miembros de la clase media como abogados, profesores, militares e ingenieros, excluyendo así a representantes de las fuerzas villista y zapatistas. Ya el 1 de diciembre de 1916, Carranza inauguró el periodo único de sesiones. A los 151 diputados que conformaron el Congreso Constituyente se les otorgó dos meses para redactar la nueva Constitución’]
Se plasmaba ahí el espíritu Constituyente derivado de un conflicto interno; los Constituyentes incorporarían los valores carrancistas, pero también los que daban sentido a aquel movimiento, como eran el zapatismo y el villismo; era una Constitución para su tiempo pero también con visión a futuro, el ideal de un país de justicia, de igualdad, de derechos sociales cumplidos y el respeto a la dignidad individual y colectiva.
Sujetaba a los poderes a su propio espacio y los hacía ser uno y tres: uno en tono República Federal y cada uno dentro de la triada serían factor de equilibrio y autonomía… ¿lo fueron luego? ¿Lo han sido? ¿Lo son?…
En todo caso, con la Constitución de 17 se cerraba un capítulo importante en la historia de México luego de una República Restaurada (1867-1876), de una dictadura porfirista que concluyó en 1910 y de una Revolución Mexicana que aún no concluía en México, cuyos habitantes habrían de saber si el documento constituyente respondía al ideal nacional de justicia, justicia social y democracia incluyente… o no.
Lo que siguió fue la consolidación de un gobierno prolongado en el poder bajo las reglas establecidas en el documento; pero a medida que ocurrían nuevos acontecimientos, nuevos actores y, por supuesto, nuevos intereses políticos, el documento iba sufriendo cambios, ajustes, algunos innecesarios, muchos otros de circunstancia y tantas veces reformas que luego habrían de ser reformadas porque correspondían a intereses de régimen y del momento…
Hoy los mexicanos tenemos una Constitución que nos enorgullece por su origen, por su sentido social y porque nos conforma y nos constituye como país, nación, Estado, República Federal… Pero asimismo es una Constitución ya desconocida por muchos y ajena a tantos valores que hoy mismo nos dan forma, unen o nos desunen y a veces, incluso, nos confrontan.
En nombre de cada gobierno se hacen ajustes a la Carta Magna; se le reforma y se le transfigura. ¿Qué queda de ella desde aquel origen? ¿Han servido las reformas tantas? ¿En qué punto estamos de nuestro constitucionalismo y nuestra Constitución? ¿Qué mexicanos somos hoy mismo?
Para muchos ya es tiempo de conformar otro Constituyente y hacer nacer a una nueva Carta Magna acorde con el momento, luego de 102 años de Constitución del 17; pero ¿quién define el momento, la trascendencia actual y a futuro de lo que será México y los mexicanos, no a corto plazo o en razón a un gobierno o a la idea que representa a una fracción de los mexicanos, si un ideal que nos de trascendencia e incluya a todos y en la que todos estemos presentes: de norte a sur, de este a oeste… ¿Y quiénes debieran ser los nuevos Constituyentes si esto es así?
jhsantiago@prodigy.net.mx