* Para depositar unos gramos de esperanza en la conciencia y voluntad de los electores que decidirán el futuro político de México en 2018, la Auditoría Superior de la Federación informa que detectó en Pemex que la empresa pudo haber efectuado pagos irregulares por mil 250 millones de pesos, en contratos suscritos entre 2013 y 2015
Gregorio Ortega Molina
¿La libró Emilio Lozoya Austin? Deshacerse de manera poco profesional de Santiago Nieto lo libra de las acusaciones de recibir soborno, transparenta cualquier duda que ensombrecía la campaña política de 2012, pero ¿en serio lo libera de la cárcel, del pecado de corrupción, de haber manchado el honor de su familia, sobre todo el de su padre?
Hay más de 50 sombras proyectadas por la presencia de Odebrecht en México, y la urdimbre puede empezar a jalarse desde alguna de las puntas que descuidadamente dejaron sin anudar, o gracias a la eficiencia de quienes desean combatir la corrupción y sus efectos.
Para depositar unos gramos de esperanza en la conciencia y voluntad de los electores que decidirán el futuro político de México en 2018, la Auditoría Superior de la Federación informa que detectó que Pemex pudo haber efectuado pagos irregulares por mil 250 millones de pesos, en contratos suscritos entre 2013 y 2015 con la empresa constructora Norberto Odebrecht y otras empresas, para realizar obras en las refinerías de Salamanca (Guanajuato) y Tula (Hidalgo).
La información difundida sobre el caso, y la memoria, nos recuerdan que “durante los años mencionados Emilio Lozoya Austin estuvo al frente de Pemex. Su nombre ha salido a la luz por el caso que la justicia brasileña lleva en contra de Odebrecht, donde los ejecutivos de esta compañía aseguran haber ofrecido al ex titular de Pemex 10 millones de dólares en sobornos a cambio de contratos.
“El órgano fiscalizador detectó, por ejemplo, pagos en exceso por 707 millones 655 mil pesos a Odebrecht por el contrato número PXR-OP-SILN-SPR-CPMAC-A-4-14, que Pemex le adjudicó de manera directa en la Refinería Miguel Hidalgo”.
Efectivamente nadie puede mentir todo el tiempo, y a la inversa, también nadie puede decir la verdad todo el tiempo. Lo que sí resulta inaplazable, es que los órganos de control, la secretaría de la Función Pública y la PGR se blinden, hagan gala de honradez, revisen a fondo el asunto y determinen a dónde fueron a dar las comisiones de los pagos irregulares hechos por Pemex, porque es precisamente el futuro de la reforma energética el que está en juego, debido a que es cierto que los inversores desean seguridad jurídica, toleran reducidos niveles de deshonestidad, de falta de honradez y están dispuestos a la entrega de dádivas, pero también saben que los montos “exigidos” en México superan toda proporción.
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