* México se refunda y transforma con la 4T. La historia se reconstruye o reinventa, con la idea de tener justificación ante el fracaso, como lo adelanta Lorenzo Meyer en un twitter de 29 de julio último, donde afirma que la extrema derecha peruana puede correr a Pedro Castillo de la presidencia por ser comunista, da por hecho que no cometerá pendejadas
Gregorio Ortega Molina
La fe y el estado de ánimo transitan por caminos divergentes, lo mismo que la gracia y la razón o la ciencia. La determinación de los anacoretas y místicos (si alguno queda) es distinta a la de los filósofos y hombres de ciencia. La diferencia es establecida por Pablo de Tarso: “Nadie puede llamar a Jesús Señor, si no es bajo la acción del Espíritu Santo”.
No es así en las pugnas por el poder, donde enseñorean las pulsiones anímicas sobre el análisis y los razonamientos; las venganzas personales y grupales, por encima de las necesidades sociales. Los que mandan no necesitan sobornar, imponen su voluntad al constatar, a ciencia y paciencia, que mangonean sobre los sentimientos, sobre las necesidades básicas, humanas, casi animales, porque el razonamiento únicamente existe entre pares, y éstos están determinados por la riqueza y el conocimiento.
Pero el riesgo de que suceda a la inversa, y un representante de la masa ignorante y casi ingobernable se transforme en líder, propiciará que lleguemos al futuro anticipado en El planeta de los simios, cuando Charlton Heston se da cuenta de que los humanos somos los artífices de nuestra destrucción. Estamos en el umbral del desastre.
Hemos permitido que la verbalización de las ideas, las propuestas, las soluciones, se transforme en la verborrea de las mentiras constantes, avasalladoras de todo instante en que podamos dedicarnos a la reflexión para intentar contener el desastre, que lo mismo se manifiesta en esas fosas clandestinas, donde los deudos y los activistas ya decidieron medir por peso los despojos de seres humanos que encuentran, de tan fragmentados y ajenos en ADN unos de otros, como para tener la certeza de entregar un remedo de cuerpo a los dolientes.
Todo porque los que mandan constataron su fuerza para mangonear a la masa con pequeñas dádivas, reducidos programas sociales que no sacian el hambre y tampoco aseguran la salud, porque medicamentos y comida están por las nubes, y porque de eso trata para tenerlos comiendo de la mano y asegurarse un apoyo irracional, pero determinante para los propósitos políticos que persiguen.
Aprendieron a mover -por el discurso y los programas sociales- las pulsiones que contienen, disminuyen o destierran a la razón, para así imponer esos proyectos políticos que simulan estar motivados en la moral y el cristianismo, pero que, en realidad, únicamente obedecen a la exigencia de satisfacer la necesidad de mandar, de ser principio y origen, porque el supuesto proyecto político de hoy es adánico.
México se refunda y transforma con la 4T. La historia se reconstruye o reinventa, con la idea de tener justificación ante el fracaso, como lo adelanta Lorenzo Meyer en un twitter de 29 de julio último, donde afirma que la extrema derecha peruana puede correr a Pedro Castillo de la presidencia por ser comunista, da por hecho que no cometerá pendejadas.
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@OrtegaGregorio