* El resultado del ejercicio equivaldrá a un plebiscito, pues determinará qué tan acertados o equivocados son los gritos de alarma de la oposición. Ni el Legislativo ni el Judicial quieren entender que las botas de las FFAA sacando chispas de las banquetas y arroyos de nuestras calles, equivale al verdadero cambio de régimen y transitar de la democracia a la militarización sin detenerse a pensar en el tamaño de las consecuencias
Gregorio Ortega Molina
Si AMLO fuese una divinidad al secretario de Gobernación corresponde la función de profeta. Con la consulta popular de enero próximo, para garantizar el cumplimiento del capricho del presidente de México, Adán Augusto asume la responsabilidad de garantizar la continuidad de la 4T y la permanencia del titular del Ejecutivo en la eternidad del poder.
No es una consulta constitucional menor. Deberá estar totalmente apegada a la ley, para que el porcentaje suficiente de registrados en el padrón electoral hermane la voluntad popular con el deseo de su líder, pues de otra manera carecerá del carácter vinculante que se requiere para que el pueblo y su líder adquieran su nicho en la historia, sentados en la punta de las bayonetas.
Habrá de probarse, en enero de 2023, que efectivamente Andrés Manuel es el fiel intérprete de la voz del pueblo, y con sus actos de gobierno expresa lo que el México bueno y sabio desea para su futuro: el Ejército en las calles, sus vidas, sus conciencias. No es una exigencia menor.
Al mismo tiempo se busca la ratificación de la supuesta “ineficiencia” del INE, pues al no responsabilizarse esa institución del desarrollo de dicha consulta, se obtendrían los argumentos que urgen para justificar la reforma electoral y, de plano, convertir al gobierno en juez y parte, como sucedía antes de la ciudadanización de ese organismo autónomo. Se confirmaría el desplazamiento de la legalidad para ser sustituida por la voluntad de un solo hombre. ¡Vaya encarguito para el secretario responsable de la gobernación!
El resultado del ejercicio equivale a un plebiscito, pues determinará qué tan acertados o equivocados son los gritos de alarma de la oposición. Ni el Legislativo ni el Judicial quieren entender que las botas de las FFAA sacando chispas de las banquetas y arroyos de nuestras calles, equivale al verdadero cambio de régimen y transitar de la democracia a la militarización sin detenerse a pensar en el tamaño de las consecuencias.
Los valedores de Andrés Manuel sostienen que la militarización y la izquierda son imposibles, cuando ese hecho permite a la serpiente devorarse por la cola, puesto que las bayonetas no reconocen ideologías para verter sangre en unos sí y en otros no. Pinochet y Castro se sirvieron de idénticas palabras y propósitos: la liberación del pueblo.
El resultado puede ser nefasto para Adán Augusto, pues AMLO daría por saldada su deuda con Payombé López Falconi. Así de simple.
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