* Con toda certeza al presidente mexicano lo candidatean para el Nóbel de la Paz, pues en asuntos de seguridad pública triunfaron los abrazos… y aparecen los milagros, ya que los desaparecidos regresan a sus hogares, las muertes violentas cesan, pues los militares regresan a los cuarteles, con el único compromiso de concluir las obras públicas a su cargo
Gregorio Ortega Molina
No hay lugar para la duda. Hemos sido bendecidos por las deidades seculares, esas que determinan futuros con las leyes y la Constitución en las manos, pues los líderes de la 4T demuestran ser cumplidores y, además, fajadores, idénticos a José “Toluco” López. Van hasta el final.
Claro que México y los mexicanos hemos cambiado, pueden constatarlo con lo que traen en los bolsillos y la capacidad adquisitiva de nuestra moneda. Gracias a los programas sociales y esas dádivas fiscales en las que todos los contribuyentes le entran con su cuerno, dejamos de ser clase media, para convertirnos en mexicanos de ½ pelo de pleno derecho. Solo hay que ver cómo le aplaudimos a todo, perdimos la capacidad de asombro, y de elección.
Debo recordarles que adquirimos un compromiso cívico con la mayoría de edad. En las urnas tenemos la obligación de recordar a esa mendaz oposición que está equivocada, que la patria está en pleno proceso de regeneración nacional; la obligación de hacerles ver que las campañas de vacunación se cumplen en tiempo y forma, sin niños que se queden sin las dosis que requieren; hacerles notar que las farmacias de las clínicas y hospitales del sector salud tienen los estantes llenos de medicamentos, que las recetas les son surtidas a tiempo; que los medicamentos contra el cáncer infantil, de cualquier tipo, nada más es cuestión de solicitarlos para que se les entreguen.
¡Ni qué decir del programa Sembrando Vida!, con eso de la reclusión por la pandemia, hay que ver los vientres de las señoras embarazadas, o los de las niñas preñadas, o los de las mujeres violadas… el feminicidio es atacado en todos los frentes, a las mujeres se les escucha y alienta, reabren las guarderías clausuradas por error, los albergues para las mujeres golpeadas, y la paridad de género deja de ser una aspiración para convertirse en realidad.
Con toda certeza al presidente mexicano lo candidatean para el Nóbel de la Paz, pues en asuntos de seguridad pública triunfaron los abrazos… y aparecen los milagros, ya que los desaparecidos regresan a sus hogares, las muertes violentas cesan, pues los militares regresan a los cuarteles, con el único compromiso de concluir las obras públicas a su cargo. Del narcotráfico ni quien se ocupe, con eso de la legalización de la “maría” con fines lúdicos, nadie pide más… y en cuanto a la integridad física de los migrantes, todos tienen comida y cama aseguradas.
De la institucionalidad y cumplimiento de la ley, para qué hablar, con la sabiduría que posee el hombre providencial que nos gobierna, quién se fija de esas minucias, su voz y voluntad no pueden ser contenidos por las normas, él está por encima de las leyes y la Constitución, porque de otra manera los cambios no podrán lograrse… es capaz de modificar conceptos e ideas, pues ahora nos ilumina al hacernos comprender que la inflación no importa, es transitoria. El futuro es nuestro, mexicanos, regocijémonos.
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@OrtegaGregorio