* El riesgo que enfrentamos es grave: la transformación de todo el Poder Judicial de la Federación en instrumento de justicia política, diseñado para satisfacer las pasiones, sueños y necesidades del Koba de Macuspana
Gregorio Ortega Molina
Publicitar el plagio de la tesis de licenciatura efectuado por Yasmín Esquivel Mossa, dio al traste con el proyecto de impunidad constitucional y legal de Andrés Manuel López Obrador. Sólo ella, como presidente de la SCJN, le garantizaba convertirse en el Koba de Macuspana.
Desde que tengo memoria se habla de jueces de consigna, y en esta descripción se incluye a magistrados y ministros, para evitar el enlodamiento del sistema de procuración de justicia, que es donde se cocina esa impunidad tan preciada por los que se han desempeñado como titulares del Ejecutivo. Es el establecimiento de juicios políticos y unipersonales, porque quien decide y asume las responsabilidades, es el que asienta sus posaderas en la silla del águila.
Dispongo sobre mi mesa de trabajo dos textos políticos: Los crímenes de Stalin, de León Trotsky, y un compendio de Los procesos de Moscú, efectuado por Pierre Brue. Comprendo, entonces, de dónde copiaron el esquema para las campañas de escarnio y difamación encabezadas desde la presidencia de la República, con una diferencia, el tío José Stalin no se ensuciaba la boca ni se enturbiaba la memoria, para eso procedían sus esbirros.
No fue Norma Lucía Piña quien se paró en un cruce de carreteras, para rendir pleitesía a María Consuelo Guzmán Pérez. Tampoco fue la presidenta de la SCJN la que sugirió y soñó en un pacto o acuerdo o complicidad pública con la delincuencia organizada, cuando a todas luces parece que en este tema nos enfrentamos a un fait accompli.
El riesgo que anuncian es grave: la transformación de todo el Poder Judicial de la Federación en instrumento de justicia política, diseñado para satisfacer las pasiones, sueños y necesidades del Koba de Macuspana. Pensar en que puede ser posible, debe alertarnos sobre lo que realmente ocurre, y remitirnos a investigar cuáles son los verdaderos compromisos geopolíticos de Andrés Manuel López Obrador.
El propósito es que la SCJN deje de ser lo que es antes de que se efectúe la próxima elección presidencial, porque el gran señor de Palacio Nacional no quiere olas de opinión pública, pues su imagen ha de permanecer inmaculada, aunque no le importarían máculas de sangre debidas a los crímenes políticos.
Lo lamentable es que no parece haber organización para detener lo que avanza sin consecuencias legales, éticas y morales.
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