* Hoy, sostenerlo vivo y sano, fiscalmente nos cuesta más de lo que costaban los otros expresidentes de la República, con todo y sus cuantiosas jubilaciones. ¿Conocemos con exactitud lo que se pagó en infraestructura, en diseños de seguridad cibernética, en instalaciones hospitalarias de calidad, o el número de personal que lo atiende y vigila en “La Chingada”? Tampoco importa, está hecho un ovillo de miedo en Palacio Nacional, de donde se niega a salir
Gregorio Ortega Molina
Andrés Manuel López Obrador y su séquito olvidaron la norma de oro en el trato con el narco-poder: los acuerdos se respetan, las traiciones se pagan con la vida.
Si nos atenemos a la veracidad de Mario Puzo en El padrino, la familia es intocable. Héctor Luis Palma Salazar, El Güero, puede dar buena cuenta de cómo se paga al atentar contra las familias. Parece que el código de honor entre maleantes pasó al olvido.
El noble varón de Macuspana rompió la regla básica al autorizar la extradición de Ovidio, lo que se convirtió en el secuestro y extracción de Ismael “El Mayo” Zambada, que ahora canta en Estados Unidos para las autoridades de la DEA y Seguridad Nacional, con un tono más sutil que el de los jilgueros, lo que obliga al expresidente a enclaustrarse, y pronto se dará cuenta de que ni los suyos están con él, porque quieren vivir y ya no les es útil.
Recordamos su dicho rescatado de la información impresa: “¡A mí me cuida el pueblo!”, vocifera AMLO. Entonces, si lo defiende el pueblo, ¿por qué se rodea de decenas de guaruras equipados hasta los dientes con armas de alto poder, con chalecos de malla y camionetas blindadas? Feroces militares que rodean al déspota, pero que las cámaras de las televisoras “no los miran”, ni mucho menos los muestran ante las pantallas televisivas.
“Como podemos ver, tanto unos como otros protegen al monarca sexenal de sobremanera. Unos de una forma y otros de otra.
“La ayudantía (como los llama AMLO), es decir, los gorilas que protegen al tirano, no son más que tropa de élite. Feroces pistoleros salidos y adoctrinados en las escuelas militares de Estados Unidos e Israel.
“De lo que sí no tenemos duda es que conforme avance el tiempo y el odio del pueblo se manifieste con más encono contra el dictadorzuelo, éste se irá despojando de su disfraz de cordero, dejando ver su verdadero rostro de lobo carnicero. De fiera fascista”.
Hoy, sostenerlo vivo y sano, fiscalmente nos cuesta más de lo que costaban los otros expresidentes de la República, con todo y sus cuantiosas jubilaciones. ¿Conocemos con exactitud lo que se pagó en infraestructura, en diseños de seguridad cibernética, en instalaciones hospitalarias de calidad, o el número de personal que lo atiende y vigila en “La Chingada”? Tampoco importa, está hecho un ovillo de miedo en Palacio Nacional, de donde se niega a salir.
==00==
La imagen de la doctora Sheinbaum
En observación a mi texto del lunes último, me indican: “Ni Trump está en el limbo y Sheinbaum es presidenta cosa que parece irritarte. Escribir con el hígado no es prudente”.
Respondo a mi amigo y lector: “No lees con atención. Sheinbaum no debió contestar a TRUMP mientras no ocupe el cargo; no me molesta que sea presidenta, me asombra que engañen con valores viejos y se los compren. No es la patria, no es Minerva. Es un ser humano falible. Debemos reconocer a tiempo nuestros límites”.
Me contesta: “Trump cogobierna hace 4 años. Los cálculos del poder son otros. Feliz 2025, que sigas tan activo como siempre”.
Dejo que los lectores hagan su evaluación. No se puede opinar sobre lo inopinable.
www.gortegamolina.com
@OrtegaGregorio