* De idéntica manera a como Andrés Manuel se refirió a Olga Sánchez Cordero de su función en la secretaría de Gobernación, durante la conferencia matutina del 28 de febrero, en la que culpa a la senadora para exculpar a Julito Scherer Ibarra, así -cuando se requiera, como sucedió el último lunes- en su momento se servirá de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, apto y bueno para limpiarlo todo
Gregorio Ortega Molina
El ministro presidente de la SCJN parece el trapo de cocina de la casa presidencial. Lo mismo sirve para secar platos y cubiertos que para limpiar lo que se escurre al preparar los alimentos, o exculpar a los corruptos.
Se quedó sin prórroga de mandato, y ahora es posible que tampoco tenga futuro, porque, como señaló Xóchitl Gálvez, le faltaron tompiates para hacer una denuncia en su momento… quince minutos es venganza, y todavía más… es únicamente resentimiento porque no obtuvo lo prometido por empinar al Poder Judicial ante el Poder Ejecutivo. De ese tamaño.
Decir ahora que sufrió acoso político de parte de Fernando Gómez Mont, por instrucciones de Felipe Calderón Hinojosa, y además carecer de pruebas para hacer constar su dicho, es el equivalente a sentirse desamparado para lo que venga para él una vez concluya su periodo de presidente de la SCJN. Sabe que quedará colgado del ganchillo de los trapos húmedos usados en la cocina de Palacio Nacional. Para colmo, estará empapado de todos esos aromas que sólo se dan en esos niveles de corrupción política, ajena al dinero que pasa de mano en mano, pero que confiere poder para hacer y deshacer al amparo de la benigna mirada presidencial que garantiza la impunidad. Pregunten a Alejandro Gertz Manero, si no.
De idéntica manera a como Andrés Manuel se refirió a Olga Sánchez Cordero de su función en la secretaría de Gobernación, durante la conferencia matutina del 28 de febrero, en la que culpa a la senadora para exculpar a Julito Scherer Ibarra, así -cuando se requiera, como ocurrió el último lunes- en su momento se servirá de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, apto y bueno para limpiarlo todo.
El asunto dista mucho de ser de voluntades y aptitudes, más bien nos remite a considerar ausencia de carácter y una absoluta falta de voluntad. La fuerza, la presencia del líder obliga a los subalternos a convertirse en plastilina en sus manos, para servirse de ellos de acuerdo a las circunstancias del momento.
Otros agachones son Santiago Nieto y Mario Delgado. Carlos Urzúa prefirió respirar libertad, lo que no es el caso de Claudia Sheinbaum, que muere por ser, ya, la primera mujer presidente de México. Sabe que requiere de toda la obsecuencia que pueda acumular, y sapos que pueda tragar, para que la palomeen.
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