* Debe representar lo que somos y aspiramos a ser, no puede limitarse a reflejar un documento administrativo, como lo es el pasaporte, o habilitar un derecho constitucional, como lo es la credencial de elector. Debe ser nuestra cara individual para todo y para todos
Gregorio Ortega Molina
En el mundo de la globalización, el libre mercado y la presencia del terrorismo y la delincuencia organizada, actividades que combinan sus intereses y su poder bélico para ocupar espacio económico y un lugar en el quehacer político, ¿cómo queda la identidad nacional? ¿Está vigente el concepto de patria? ¿Estamos contentos con nuestra manera de ser y las oportunidades que se nos ofrecen?
Para colocarnos en una alteridad correspondida, oficial y oficiosa, ¿es suficiente con vernos en la fotografía del pasaporte, de la cédula profesional o de la credencial de elector? La cartilla militar tuvo una función que ya está en desuso.
Cargar con el pasaporte para todo, es un engorro. La cédula profesional únicamente te da identidad para ciertos trámites, la única aceptada para todo y por todos es la credencial de elector, cuya esencia es política. Por lo pronto, sólo sirve para abultar el padrón de los partidos, pero carece de motivación política y existencial para hacer valer el derecho al voto. El abstencionismo es mayor, por más esfuerzos que se hacen para que se respete y dé credibilidad al modelo político. Tanto abusaron.
Considero, sin temor a equivocarme, que, si efectivamente desarrollan adecuadamente el concepto de cédula de identidad, tanto en lo gráfico como en la motivación histórica y de sentido de pertenencia, la sociedad y su gobierno ganarán mucho, porque es necesario y urgente que se reformulen las ideas de soberanía, patria, identidad nacional, con el propósito de que recuperemos el ser del mexicano y el orgullo de nuestra historia.
Habrá que reeditar dos obras fundamentales para recuperar nuestra esencia, manera de ser y dignidad en el sentido de pertenencia. Una breve: Nacionalismo y Educación en México, de Josefina Zoraida Vázquez, y los 10 tomos de Historia Moderna de México, de Daniel Cosío Villegas. Me pregunto, y pregunto a los diputados y senadores del Congreso de la Unión, lo mismo que a los integrantes de los congresos locales, ¿qué tanto saben de nuestra historia, y si consideran que el camino que ahora seguimos, es acorde y digno resultado de la Independencia, la Reforma y la Revolución?
La propuesta de cédula de identidad debe representar lo que somos y aspiramos a ser, no puede limitarse a reflejar un documento administrativo, como lo es el pasaporte, o habilitar un derecho constitucional, como lo es la credencial de elector. Debe ser nuestra cara individual para todo y para todos.
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