* El Comisario del Pueblo no requirió, nunca, de satisfacer esas veleidades, porque fue poseído por y poseyó el aura del poder irrestricto y temido, en el que la voz se convierte en voluntad, y al que no la cumple, ¡allá él!
Gregorio Ortega Molina
Están confundidos, traen mezclados los lenguajes y las ideas, pero sobre todo los tiempos políticos.
AMLO da a conocer, con bombo y platillo, que la viabilidad técnica y geográfica del AICM será sometida a consulta popular, y ni siquiera 36 horas después mete esa obra en veremos dentro del anuncio de siete proyectos prioritarios para su gobierno. ¿Para qué, entonces, engañar al electorado con el señuelo de que decide? Luego, el 6 de agosto solicita la opinión de los ingenieros.
Años después de leer la biografía de Stalin escrita por Isaac Deutscher, dediqué una semana santa a Stalin y los verdugos, de Donald Rayfield. En ambas aparece la sombra del comisario del pueblo, delegado de la autoridad política para <<vigilar>> el cumplimiento puntual de la voluntad expresada por el poder total. De inmediato establezco las analogías con el Delegado omnímodo y único diseñado por AMLO para vigilar la observancia casi religiosa de sus instrucciones.
Tras sancionar la poca credibilidad que pudieran tener las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil en el tema del fiscal anticorrupción y el CNS, las elogia cuando ha de referirse al fideicomiso auspiciado por MORENA para contribuir a la reconstrucción de la Ciudad de México.
¿Qué se requiere legalmente, para que pueda disponer de Los Pinos y darle un uso diferente al de residencia presidencial; por qué le saca urticaria la posibilidad de volar en el TP01 -aunque ya piensa en disponer de él-, cuando su seguridad como la de los compañeros de viaje es importante?
Declara que promoverá la venta del avión presidencial entre Jefes de Estado y magnates y me pregunto ¿contratamos por la vía electoral a un Presidente de la República o a un representante de Amazon? AMLO adquirió el compromiso de cumplir un mandato constitucional, y en él figura la dignidad con la que ha de representar a la República. No puede olvidar lo que decían las abuelas: como te ven, te tratan.
Claro, el Comisario del Pueblo no requirió, nunca, de satisfacer esas veleidades, porque fue poseído por y poseyó el aura del poder irrestricto y temido, en el que la voz se convierte en voluntad, y al que no la cumple, ¡allá él!
La figura de Delegado Político trastocará el federalismo, con la pretensión de restaurar ese presidencialismo que ya no es posible, lo que puede discernirse del perfil socioeconómico de la mayoría de esos electores que optaron por un cambio, conscientes de que si el sentado en la silla presidencial siempre puede ser sustituido por la vía electoral, o cualquier otra que se confunda con los deseos de los poderes fácticos, o las inquietudes de las Fuerzas Armadas.
Ojo, concentrar el poder no siempre es una figura de izquierda, la extrema derecha, la que sueña con la izquierda pero come en buena mesa y siempre se sienta a la derecha, es la que tergiversa las voluntades del cambio deseado por los electores.
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