* Son tres las entidades involucradas para zanjar el asunto: Poderes Ejecutivo y Judicial y la UNAM. ¿Resolverán sin sombra de duda?
Gregorio Ortega Molina
¡Para colmo el presidente de la República hace gala de su cinismo! Intemperante y cínico es pésima combinación, que en asuntos de gobierno es letal porque destruye credibilidad, instituciones y, sobre todo, erosiona la relación entre los diversos estamentos sociales.
Sin empacho alguno admite que su “preferencia” por los pobres es una estrategia política, como afirma que su gobierno combate la corrupción, y que los denunciantes del plagio de Yasmín Esquivel Mossa son unos corruptos, como si la vida profesional de la ministra no fuese, toda, un único acto de corrupción. No debió convertirse en defensora del derecho, pues fue lo primero que ella conculcó.
¿Puede no aceptarse el dictamen de la UNAM y de la FES Acatlán en el asunto del plagio de la tesis? ¿Puede impugnarlo en tribunales la señora Yamín Esquivel Mossa? ¿Tendrá repercusión en su continuidad en la SCJN, o el tribunal colegiado habrá de tomar una decisión definitoria y definitiva, o dejarán que el escándalo sea administrado por los medios y las redes sociales? ¿No conviene, a la todavía ministra, hacer mutis y disolverse en el silencio?
Naturalmente el Poder Ejecutivo también sale tocado, y en concreto la imagen del presidente López Obrador, ya que es pública y notoria su amistad con el matrimonio Riobóo, que derivó en una defensa desproporcionada a la candidatura de la ministra a la presidencia de la SCJN. Todo este sainete no puede terminar en agua de borrajas, si de verdad los mexicanos aspiramos a la defensa de la Constitución y la democracia, lo que el actual gobierno nunca hizo.
Por lo pronto, es preciso señalar que las labores de la SCJN padecieron la influencia de lo que es público y notorio y reconocido por el doctor Enrique Graue, quien el 31 de diciembre último puntualizó -según nota de El País-: “La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no va a tomar todavía una decisión sobre el presunto plagio de tesis de la ministra de la Suprema Corte Yasmín Esquivel. En un comunicado emitido este sábado, la universidad ha vuelto a reconocer el “alto nivel de coincidencia” entre el trabajo de la magistrada y el presentado un año antes por Edgar Ulises Báez, pero afirma no contar con elementos suficientes para establecer responsabilidades.
“A estas alturas nadie se atreve a negar que los documentos de Báez y Esquivel son iguales, por lo que la estrategia de la ministra se ha dirigido a señalar que, en realidad, ella es la víctima y su colega, el plagiador”.
Son tres las entidades involucradas para zanjar el asunto: Poderes Ejecutivo y Judicial y la UNAM. ¿Resolverán sin sombra de duda?
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