* “Los políticos mexicanos quieren hacerse a imagen y semejanza de algo que anda espontáneamente en el corazón del hombre, una vida más que humana, una vida como se ha creído era la de los dioses: sin responsabilidad, ilimitada en poder y albedrío, sin necesidad de justificación”. Así continuarán mientras el Poder Ejecutivo no reciba una profunda reforma
Gregorio Ortega Molina
Será difícil, si no imposible, establecer el cómo y el porqué del desencanto de las sociedades de esas naciones que se abrazaron al ensueño de la utopía de izquierda, de la eterna búsqueda bolivariana para hacer de América Latina una república indivisible y casi homogénea.
Los cubanos los primeros, seguidos de los venezolanos, los nicas, los bolivianos, los uruguayos de José Mujica, debieron percatarse del erróneo empeño de unificar el criterio de los ciudadanos tras un proyecto nacional. La vida vivida nos muestra que no todos podemos proceder con idéntica actitud, seguir sueños similares y gustar de los mismos lugares. Unos son felices en el mar, otros en la montaña, y unos más en las cárceles. Supongo que por su adicción a la sevicia. ¿Cuántos de los que han ocupado y se desempeñan todavía en el gobierno, serían ejemplares celadores? Pienso en Gerardo Fernández Noroña, en Pablo Gómez, en Lenia Batres, en Yasmín Esquivel. Son seres humanos que necesitan expresar su crueldad.
Es el caso de la subordinación absoluta de la doctora Sheinbaum Pardo a la caprichosa voluntad de su antecesor, en lugar de sujetarse al amparo de lo que juró respetar y hacer respetar. Si de verdad desea marcar la historia de México por un hecho trascendente, además de ser mujer, es su observancia del mandato constitucional, pero no lo hará como no lo hizo ninguno de sus antecesores, pues se rendió al embrujo del poder absoluto, a la comodidad del trono del águila, al DETENTE en que se transforma la banda presidencial.
Es en lo único que acertó AMLO. Son primero los pobres los que habrán de pagar el costo real de regresarnos a empellones, con sangre y a veces con fuego, a ese presidencialismo que la construcción del narco Estado necesitó como el aire. Lo que pareció haberse superado, asentó su presencia con más firmeza que nunca.
La seguridad jurídica de los dueños del dinero, de los signatarios de los acuerdos internacionales, sea binacionales o plurinacionales, dependerá del modo en que deseen hacer negocios, con o sin sargazo, tan sencillo como eso.
Parafraseo a María Zambrano: “Los políticos mexicanos quieren hacerse a imagen y semejanza de algo que anda espontáneamente en el corazón del hombre, una vida más que humana, una vida como se ha creído era la de los dioses: sin responsabilidad, ilimitada en poder y albedrío, sin necesidad de justificación”.
Así continuarán mientras el Poder Ejecutivo no reciba una profunda reforma.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio