* Y sí, el correveidile de lujo que es Dante Delgado para el presidente de la República se conduce de esa manera, para que desde la cúspide del poder le indiquen que no lo olvidan, que lo tienen presente, aunque sea para la fajina en los mingitorios. Es el peso real del líder y patrón de Movimiento Ciudadano; es tartufo nato
* Miente Cárdenas Solórzano: no fue Miguel de la Madrid Hurtado quien históricamente escribió el fraude y encargó la corrección de los resultados. El todavía no Presidente Electo, Carlos Salinas de Gortari, reprendió a Manuel Bartlett por su “descuido”, y le instruyó que entregará las actas totales de la elección a José María Córdoba Montoya, quien las corrigió personalmente en una titánica tarea de prisa y engaño, metido en una oscuro oficina de la Secretaría de Gobernación
Gregorio Ortega Molina
Son muy pocos los nacidos para obedecer, hacerlo bien y después vivir reconciliados con su conciencia.
Ahí está Jorge Álvarez Máynez, eficiente correveidile de Dante Delgado, quien a su vez lo es de Manuel Andrés López Obrador, como anteriormente lo hizo para los jerarcas del PRI que lo convirtieron en gobernador interino de Veracruz, cargo donde cometió las infracciones administrativas (meter la mano al cajón, pues) que lo condujeron a ser huésped de honor en el penal de Pacho Viejo.
Se hacen cruces sobre la razón política que convierte a Álvarez Máynez en candidato presidencial, cuando es absolutamente obvia. Es un burdo esquirolaje electoral a favor del presidente de la República y Claudia Sheinbaum, como en su momento lo hicieron los del Partido Verde a favor del PRI y hoy de Morena. No debe resultarnos extraña esta simbiosis entre traidores, porque se engañan entre ellos, y ambos abusan de la buena fe y de las necesidades básicas de los votantes, quienes arriendan su voluntad y libertad por el suspiro de una merced procedente del buen corazón del señor de los Detentes.
¿Qué idea tiene de él mismo Dante Delgado, de lo que conocen y saben de él sus hijos, de cuál es su verdadero lugar en lo social, lo político y lo histórico? Es posible que sus nietos, sus vástagos, sus amigos, estén contentos por tener entre ellos al rey de los tartufos. Subordinarse a los requerimientos o exigencias de Manuel Andrés López Obrador, equivale a convertirse, por voluntad propia, en un cero a la izquierda, cuya única aspiración es reunir los recursos económicos necesarios, pero que nunca se podrá gastar, nunca aprenderá para qué sirve el dinero, pues no es para atesorarlo.
La conducta, el comportamiento de Dante Delgado está descrita en Biografía de la luz, donde Pablo d’Ors anotó: “No obstante, quizá mucho de lo que hacemos y decimos sea en última instancia para ser aprobados y agradecidos: ser queridos, aceptados, valorados, admirados… Que se nos tenga en consideración. Que se cuente con nosotros. Que al menos no nos olviden. Que no nos dejen siempre para el final. Que nos consulten, nos escriban, nos miren…”.
Y sí, el correveidile de lujo que es Dante Delgado para el presidente de la República se conduce de esa manera, para que desde la cúspide del poder le indiquen que no lo olvidan, que lo tienen presente, aunque sea para la fajina en los mingitorios. Es el peso real del líder y patrón de Movimiento Ciudadano; es traidor nato.
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Son torpes hasta para armar el engaño. Inducen declaración y entrevista de Cuauhtémoc Cárdenas, mito genial de la izquierda mexicana, bien lo supo doña Amalia Solórzano, con esa reconvención dirigida a su hijo: no se te olvide que no eres el General.
Recupera para nosotros Humberto Musacchio en su República de las letras del último jueves: “En la presentación de Las heridas, novela de Felipe de la Mata, magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Cuauhtémoc Cárdenas recordó que en 1988 el sistema electoral “se cayó de caerse y se calló de callarse”, y que los votos de 25 mil casillas no fueron contados, sino inventados, de lo que resultó que 45% de los sufragios fueran más falsos que los gobernantes de entonces.
“El beneficiario del gigantesco fraude fue Carlos Salinas de Gortari, en cuyo sexenio fueron asesinados “mil luchadores sociales”, lo que ese presidente, hoy exiliado, pretendió compensar dando empleo a cientos o miles de militantes de izquierda y poniendo en práctica el programa Solidaridad, mientras que, paralelamente, hacía pedazos el sector público de la economía y vendía o regalaba fábricas, bancos, empresas comerciales y todo aquello que alguna vez apuntaló la economía mixta y sostuvo una economía con tasas de crecimiento de seis y más por ciento durante tres décadas.
“El fraude electoral de 1988 abrió de par en par la puerta a la demolición de la economía mixta, al sepelio de la llamada ideología de la Revolución Mexicana y a la esperanza de los mexicanos de hacer de su país un espacio de libertades y prosperidad. Desde entonces, el promedio de la tasa de crecimiento económico ni siquiera compensa el aumento de la población. Así de amargo ha sido para México lo ocurrido en el salinato…”.
Miente Cárdenas Solórzano: no fue Miguel de la Madrid Hurtado quien históricamente escribió el fraude y encargó la corrección de los resultados. El todavía no Presidente Electo, Carlos Salinas de Gortari, reprendió a Manuel Bartlett por su “descuido”, y le instruyó que entregará las actas totales de la elección a José María Córdoba Montoya, quien las corrigió personalmente en una titánica tarea de prisa y engaño, metido en una oscuro oficina de la Secretaría de Gobernación.
Cuauhtémoc estaba enterado, pero temió enfrentarse a Salinas. ¿Era capaz de sacar al Ejército a las calles? ¿De armar a los priistas desencantados? Nada de eso, el ingeniero sólo decidió, en ese momento, dar la espalda a la Historia y a la suya propia.
Hoy preparan el fraude, y avisan que tampoco desean sangre en las calles.
Abundaremos en el tema después del dos de junio.
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