* Hoy todo se transforma por una modificación lingüística, por una manera de nombrar a quienes fueron vistos como innombrables, porque los referentes biológicos y de comportamiento social no compaginaron con lo dispuestos por quienes impusieron las normas de conducta desde que quedó establecida, en Occidente, la civilización judeo-cristiana. Las imposiciones conductuales de hace dos mil años dejan de serlo, y los custodios de sus iglesias y religiones deberán encontrar explicaciones y, de alguna manera, adecuar a sus adeptos, fieles y seguidores, a los cambios que ya se imponen
Gregorio Ortega Molina
Estamos inmersos en un profundo e irreversible cambio cultural, civilizatorio y social. No es propiciado por los escenarios bélicos ni las carencias económicas, las migraciones y las crisis financieras. Es impulsado por el lenguaje inclusivo, que abre la puerta a la verdadera transformación del mundo.
Los políticos de toda laya están seguros de ir de gane, pero pronto se darán cuenta de que con el borrado de los pasados remoto y reciente de las maneras de servirse del poder y disponer de la riqueza ajena, llega la transformación de los usos y costumbres que fueron útiles a caciques, regidores, presidentes municipales, gobernadores, integrantes de los congresos locales y del federal, Fuerzas Armadas y Poder Ejecutivo, para mangonear en los hábitos que determinaron el comportamiento de los mexicanos desde la Conquista hasta nuestros días.
Permitieron desposar niñas con adultos, casi viejos, intercambiar animales o parcelas por mujeres, cerrar los ojos ante crímenes comunes por así convenir a intereses de esas comunidades que necesitaban regirse por sus leyes ancestrales, para preservar sus parcelitas de poder.
Hoy todo se transforma por una modificación lingüística, por una manera de nombrar a quienes fueron vistos como innombrables, porque los referentes biológicos y de comportamiento social no compaginaron con lo dispuestos por quienes impusieron las normas de conducta desde que quedó establecida, en Occidente, la civilización judeo-cristiana. Las imposiciones conductuales de hace dos mil años dejan de serlo, y los custodios de sus iglesias y religiones deberán encontrar explicaciones y, de alguna manera, adecuar a sus adeptos, fieles y seguidores, a los cambios que ya se imponen.
Elon Musk continuará presente en el Salón Oval, porque la modificación de las normas éticas, morales, de conducta en Occidente, quedarán lideradas e impuestas desde la Inteligencia Artificial, y se convertirán en ejemplos a seguir desde la difusión del entretenimiento en streaming y la determinación de servirse del tiempo real en las decisiones de trascendencia para conducir a las sociedades y determinar rumbos de la economía.
Pero también hemos de considerar al nuevo jugador de las canchas. El poder del dinero del narcotráfico, el uso dado como instrumento político de control a los estupefacientes. Tranquilos y tirados en las calles, para que dejen de dar lata. Es lo que espera al grueso de los migrantes.
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