* El costo del ascenso al poder adquiere su verdadera dimensión. AMLO deberá evitar ese lastre si quiere fundar la IV República
Gregorio Ortega Molina
¿Trajeron a Napoleón Gómez Urrutia de adorno, para lucirlo sonriente y bien vestido sentadito en su escaño? ¿Tiene, el líder minero, idea de los cambios que él debe instrumentar para contribuir a la regeneración nacional? ¿Ésta es un proyecto viable, o una utopía lastrada por legisladores como él?
En política todo tiene un costo, aunque sea ciego y sin aroma. Poco importa que AMLO sepa mucho -¿o supone que sabe?- de la condición humana ante el poder, él mismo es un fenómeno en cuanto a su comportamiento y la impronta que desea dejar en la historia, junto a Juárez, Madero y Cárdenas. ¿Están los mexicanos de hoy dispuestos a cederle un santuario y honrarlo como él cree merecerlo?
Tan pronto como el 1° de diciembre deberá empezar a mostrar resultados, y para ello habrá de soltar lastre, de una u otra manera olvidarse de compromisos contraídos con los diversos compañeros con los que caminó hacia la silla del águila, con los que más le restan que le aportan. Él sabrá quiénes son, meternos a la feria de nombres es aspirar a acertar en el peligroso juego de las adivinanzas.
Cuando más metido estoy en estas lucubraciones, los medios nos enteran de que “la minera canadiense Fortuna Silver Mines reconoció que las lluvias recientes causaron un desbordamiento de los residuos sólidos y líquidos de su subsidiaria La Trinidad, ubicada en la comunidad de San José del Progreso. Contaminó el río El Coyote, de Magdalena Ocotlán, Oaxaca.
“A través de un comunicado, fechado en Vancouver, la minera trasnacional aceptó que el volumen de lluvias causó el derramamiento del estanque de emergencia, donde se acopian los residuos de la extracción de la mina, conocida como presa de jales”.
Hasta el momento Napito se ha mostrado incapaz de decir esta boca es mía, y no me refiero a la de una mina. Quizá está realmente ocupado en contabilizar sus haberes, en caminar del Senado a Casa Cuesta a elegir los casimires para que corten sus trajes, en encargar sus corbatas y enriquecer su colección de vinos, porque eso de ensuciarse las manos y comprometerse por la seguridad laboral de sus representados y la dignidad del Congreso en el que está instalado, nada; sí, su misión en la vida es flotar, olvidado de Napoleón Gómez Sada y Filiberto Rubalcaba.
El costo del ascenso al poder adquiere su verdadera dimensión. AMLO deberá evitar ese lastre si quiere fundar la IV República.
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