* El problema es que en este México nuestro siempre hemos pospuesto lo que, como nación y patria, estamos a punto de lograr. Políticos y otros grupos de poder se solazan al conculcar las leyes que sus padres construyeron para ellos y nosotros. La democracia electoral, la transparencia del quehacer administrativo, la supervisión del ejercicio presupuestal, todo eso está a punto de desaparecer porque, dicen los que mandan, así se decidió el último 2 de junio
Gregorio Ortega Molina
El mundo está en crisis, por eso los líderes insisten en vendernos la panacea de la democracia y la necesidad de vivirla, defenderla, cuando nunca, ni con los griegos, se disfrutó de ese modelo de organización política-social a plenitud. La Tragedia Griega da cuenta de lo que realmente se vivió entre ellos y lo que se vive hoy, como lo narran algunas obras de Shakespeare.
María Zambrano lo detectó puntualmente cuando el franquismo la obligo a andar a salto de mata en América Latina. En Persona y Democracia nos ofrece un panorama de lo que no cambia, o varía poco, muy poco. Allá voy.
“En épocas en que se produce un cambio violento o una crisis, o las dos cosas, como ahora, las generaciones son consumidas y son además portadoras de nuevas esperanzas y nuevas desesperaciones. No hay continuidad. Y al no haberla, sucede que restos de generaciones ya pasadas se eternicen en el poder y que su desaparición produzca el efecto de una catástrofe, porque no hay otra preparada y las que llegan, separadas como están de las que aún mandan, no pueden continuarlas. Esas generaciones más jóvenes no han recibido la herencia de la inmediata anterior desaparecida, viven en una situación un tanto extraña, extranjera. Se encuentran ante una realidad a lo que no se han aproximado por sus pasos contados…
“… no esperan las circunstancias sociales, políticas, económicas, que nos obligan a actuar, que obligan a aquellos que son los principales ejecutores de la historia, a los que están en el poder, a los que solos o colectivamente mandan. En épocas normales, en esas en que se desarrollan las consecuencias de una reforma ya planeada, en las que se vive de unas creencias que dan estabilidad -relativa siempre- a la vida de las gentes: en las que rigen unos principios reconocidos, y hasta cierto punto probados en su validez…”.
El problema es que en este México nuestro siempre hemos pospuesto lo que, como nación y patria, estamos a punto de lograr. Políticos y otros grupos de poder se solazan al conculcar las leyes que sus padres construyeron para ellos y nosotros. La democracia electoral, la transparencia del quehacer administrativo, la supervisión del ejercicio presupuestal, todo eso está a punto de desaparecer porque, dicen los que mandan, así se decidió el último 2 de junio.
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