* Así se fueron el PRI y la presidencia imperial. Deben entender que ese partido del cual nació la institución presidencial creada por Calles y Cárdenas, se auto embalsamó con la banda durante su último sexenio en el poder
Gregorio Ortega Molina
El silencio es la fuente primaria y quizá única de la necesaria reflexión, para lograr una mínima sabiduría. Imposible pensar en la obtenida por Salomón, fue de origen divino, pero hay una correcta y humana de origen bíblico, que contribuye a encontrar soluciones.
Pero sin silencio, nada. Sugiero leer el importante y bien escrito texto de José Luis Martínez, publicado en Milenio el domingo 16 de junio. No abrir la boca, fue el mantra de mi padre cuando me invitaba a conocer a sus amigos: “Escucha y no abras la boca”. Silencio es el título de esa reflexión… pero los políticos, los vanidosos (de entre ellos los narcisos son los más destacados), los ociosos y los que meten aguja para sacar hebra, son boquiflojos por naturaleza, todo lo verbalizan, y en el aire quedan sus voces, en apariencia sin destino ni concierto.
Pero causan daño, lastiman, lesionan, evitan las reconciliaciones, propician y encienden las confrontaciones, como la que hoy padece esta patria, divida entre chairos y fifís, gracias al bullying presidencial, a un irrefrenable balconeo cuyo único objetivo es mostrar al poseedor del poder, tan buscado, anhelado y al fin conseguido, bajo premisas que nadie conoce y compromisos que van más allá de lo ofrecido durante la campaña electoral.
Silencio que se le niega y nos niega, porque en el ruido, en la confusión es como puede “bulear” a su gusto, y gracias a esa voluntad presidencial obtener el apoyo de grupos empresariales necesarios para gobernar, para después anunciar que va a exhibir a los que se amparan en contra de sus decisiones, tan solo porque no estar de acuerdo con ellas. Lejos de ser un boicot jurídico, se convierte en un disparo a los pies, y con escopeta.
¿Será que el disenso no debe existir? ¿Se requiere que los mexicanos todos se plieguen a la voluntad del poder presidencial, aunque las cifras no cuadren y los modos sean altaneros, o groseros, o fuera de toda forma? ¿Cómo hubiera podido acudir a Japón a la reunión más importante sobre economía, si el comportamiento en público no es el correcto?
Pero no hay que perder la perspectiva, porque los que poseen mucho se irán, y los que aquí permanezcan de guardia, verán o testimoniarán cómo con México sucede lo que ocurrió con Turquía, tal como lo narra Orhan Pamuk, en Estambul Ciudad y recuerdos. “…, pero notaban que solo encontrarían una voz original si miraban hacia atrás, al pasado de Estambul con la amargura de saber que aquella cultura había muerto, que no volvería, que había desaparecido para siempre”.
Así se fueron el PRI y la presidencia imperial. Deben entender que ese partido del cual nació la institución presidencial creada por Calles y Cárdenas, se auto embalsamó con la banda durante su último sexenio en el poder.
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@OrtegaGregorio