* Y si a los niveles reales de pobreza sumamos los altos índices de corrupción impune, ¿cuál puede ser el resultado político y social? ¿Permanecerá en silencio la sociedad, aguantando su hambre y escondiéndose de su humillación? ¿Puede, la irritación social, devenir primero en algarada revoltosa, para después transformarse en rebelión armada? ¿Cuál es el verdadero significado de las policías y/o guardias comunitarias? ¿Quiénes los sepultureros en las fosas clandestinas?
Gregorio Ortega Molina
El mundo de los números solía ser confiable. Incluso en la manipulación política el lector avezado desentrañaba esa verdad que no puede ocultarse: la de la realidad.
Hoy eso no ocurre. Los artífices de la imagen hacen de las cifras lo que hicieron con las palabras. Los metieron al mundo de Alicia en el país de las maravillas, para parafrasear a Humpty Dumpty: los números significan lo que yo quiero que signifiquen.
De la contienda de ideas, los hombres que se disputan el poder pasaron a la batalla de las estadísticas.
Contrario a lo hecho en 2016 por el Coneval, que no publicó la estadística de pobreza en México porque el INEGI cambió su metodología para medirla históricamente en el país, este año sí publicarán las estadísticas y lo harán apoyados en otra encuesta del INEGI, de acuerdo a lo declarado por el secretario ejecutivo del Consejo, Gonzalo Hernández Licona.
Hoy hará públicas las cifras, sin basarse en los datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2016, que realiza el INEGI, debido a que la metodología de ésta fue modificada, lo que impide comparar los últimos años.
Para comparar el comportamiento de la pobreza en el sexenio, el Coneval utilizará los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), realizada por el INEGI de manera trimestral, con la que consideran se arrojarán datos más cercanos respecto a la evolución del ingreso laboral en los hogares mexicanos.
¿Habrá sorpresas? ¿Será que los resultados de las reformas estructurales modifican ya el rostro social y cultural de México? ¿Habrán comprendido que a la larga, sin economía doméstica sustentable, la macroeconomía se convierte en ficción para los mexicanos de a pie?
Y si a los niveles reales de pobreza sumamos los altos índices de corrupción impune, ¿cuál puede ser el resultado político y social? ¿Permanecerá en silencio la sociedad, aguantando su hambre y escondiéndose de su humillación? ¿Puede, la irritación social, devenir primero en algarada revoltosa, para después transformarse en rebelión armada? ¿Cuál es el verdadero significado de las policías y/o guardias comunitarias? ¿Quiénes los sepultureros en las fosas clandestinas?
Pero quienes gobiernan se afanan en estructurar la sucesión presidencial, sustentados en los modelos clásicos usados en el pasado con éxito, cuando México era un país distinto, sin tanta hambre ni humillación, sin redes sociales ni el enorme número de armas sueltas en el país, pero el INEGI se convierte en un instrumento político para las estadísticas, porque se esconden a los ojos de la realidad, como Moisés se quiso ocultar el viento de Dios.
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