* En Buenos Aires se organizaron las madres en la Plaza de Mayo, para encontrar a sus nietos, nacidos de sus hijas muertas, o a sus hijos; todo ocurrió dentro de un territorio nacional, pero en la actitud criminal del Estado gobernado por Donaldo Trump, el diferendo es internacional
Gregorio Ortega Molina
El reordenamiento mundial debido a la globalización y a la guerra económica librada entre la Comunidad Económica Europea, Rusia, China y Estados Unidos, ha propiciado que éste escore a un Estado criminal, por sus políticas migratorias y la xenofobia alimentada desde la Casa Blanca.
Lo inaudito es que lo asuman con total desparpajo, pues de acuerdo al informe de la Oficina del inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos, las autoridades migratorias habrían separado en la frontera con México a más niños de los reconocidos oficialmente como tres mil, y además se desconoce si ha habido reunificación familiar posterior; en esa Oficina se asegura que la separación de menores de sus progenitores alcanzó su punto máximo en el verano de 2017, un año antes de la política de tolerancia cero dictada por Donaldo Trump, por la que se detuvo a los padres que cruzaban la frontera de forma ilegal mientras se mantenía a sus hijos separados bajo la custodia de la HHS.
Pero para 2018, Donaldo Trump ordenó separar a las familias para que los adultos quedasen bajo arresto de las autoridades federales, y a los niños los dejasen al cuidado de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. Debido a una demanda colectiva, se ordenó reunir a las familias.
En diciembre de 2018, el departamento a cargo de Salud y Servicios Humanos tenía identificados a más de 2.700 niños separados de sus padres que debían ser devueltos sus familias, pero ahora resulta que se desconoce la verdadera magnitud de las separaciones familiares. Miles de niños más podrían haber sufrido esa situación antes de que comenzara el conteo oficial, pero el total continúa sin conocerse, en gran parte debido a la falta de coordinación entre las agencias del gobierno estadounidense involucradas.
De inmediato medito en los militares de la dictadura Argentina, que decidieron arrebatar a las familias comunistas, socialistas y montoneras a sus hijas e hijos, con el propósito de reeducarlos, y ofrecer a la nación la oportunidad de purificarse de esas ideologías que ellos consideraron radicales y de las cuales abominaban.
Mientras en Buenos Aires se organizaron las madres en la Plaza de Mayo, para encontrar a sus nietos, nacidos de sus hijas muertas, o a sus hijos, todo ocurrió dentro de un territorio nacional, pero en la actitud criminal del Estado gobernado por Donaldo Trump, el diferendo es internacional y, además, contra el Imperio en decadencia, pero Imperio al fin y al cabo.
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@OrtegaGregorio