* Es el aura del tío Andrés Manuel, esos gobernadores que se mimetizan con su presidente, y los lambiscones, continuarán como son, fieles a su alma de hombres para seguir como perros
Gregorio Ortega Molina
Hay insania entre ciertos gobernadores y sus súbditos, como que les gusta llevarse a las patadas. Los veracruzanos y su Cuitláhuac quedaron definidos por las faltas en procuración de justicia. Criticar a la autoridad, al gobernador, quizá al maestro de tu universidad, puede convertirse en delito, o pudo, y de todas maneras permaneces en chirona, como encerrado está José Manuel del Río Virgen.
Samuel García, opacado por el sol político de Luis Donaldo Colosio Riojas, también se empeña en hacer de las suyas, y en cuanto sus gobernados se enteran de que “quien desobedezca las órdenes del gobernador de Nuevo León, o lo ofenda, podría ser arrestado 36 horas o hacerse acreedor a una multa de un salario mínimo diario.
“Así se señala en la Constitución Política de Nuevo León que ha sido aprobada en primera vuelta por los diputados del Congreso Local, tras de que el documento de una nueva carta Magna les fue enviada por el propio García Sepúlveda.
“Imponer multas que no excedan del importe de un jornal o salario de un día o arresto hasta por 36 horas, a los que desobedecieran sus órdenes o le falten al respeto debido en los términos del artículo 15 de la Constitución, destaca el documento en el Capítulo VI, de la sección Tercera relativa a De las Facultades y obligaciones del gobernador del estado”.
El asesinato de Debanhi lo mostrará tal cual es.
Lo reflexión posible indica que ambos quieren ser como su tío Andrés Manuel, y ni modo de venir a decirles que la ley es la ley, porque lo único cierto es que el que manda, manda, como lo vimos el 7 de abril en el pleno de la SCJN, cuando Arturo Zaldívar decidió perder toda la dignidad. El que se empina, pues se empina.
Pero allí están las aportaciones de Sándor Márai en El último encuentro: “Tú siempre te empeñabas en hacerme sentir la diferencia que había entre los dos en materia de dinero. Los pobres, sobre todo los pobres que se convierten en señores, no perdonan…
“Son muy pocas las personas cuyas palabras concuerdan con su existencia. Cuando eso sucede, se produce una de las maravillas más raras de la vida… Quiero decir que la gente acaba aprendiendo la verdad, adquiere experiencias, pero todo ello no sirve de nada, puesto que nadie puede cambiar de carácter”.
El tío Andrés Manuel, esos gobernadores que se mimetizan con su presidente, y los lambiscones, continuarán como son, fieles a ellos mismos como los perros que son.
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