* Mientras a millones de mexicanos apenas les alcanza para comprar la canasta básica, o pagar los servicios, o para tener confianza en su gobierno, constatamos que los dos ex gobernadores (Guillermo Padrés Elías y Rodrigo Medina) se irán vivos. Los que pronto dejarán el poder: Javier Duarte de Ochoa, César Duarte y Roberto Borge Angulo, saldrán airosamente impunes
Gregorio Ortega Molina
A todos los programas sociales se los cargó el pintor. Las reformas estructurales -que llevaron implícita la venta de los activos (joya de la corona) del Estado, no de los gobernantes- nada resolvieron.
Es tan lacerante la profundización de la pobreza, que estuvieron y están obligados a negociar con Max-Factor, para que los técnicos y evaluadores aprendiesen a maquillar las cifras, con el propósito de disfrazar el burdo embellecimiento de la fatalidad, pero enseñaron las orejas. Lo que dieron a conocer contradice la realidad.
Aceptemos que los funcionarios públicos y los representantes populares merecen los salarios que se embolsan, entonces ¿por qué esa necesidad que les produce comezón en las manos, por la urgencia de meterlas al cajón de los dineros fiscales, o de las comisiones, o cochupos, o de las cantidades enormes que entregan los líderes de los informales a la autoridad? ¿Por qué esa urgencia de dejarse corromper, o transformarse en corruptores?
Mientras 50 por ciento de los veracruzanos dejaron de poder adquirir la canasta básica -asegura Semáforo Económico-, Javier Duarte de Ochoa presentó su declaración patrimonial. Niega tener propiedades en el extranjero y bienes inmuebles ostentosos; acepta percepciones anuales por dos millones 272 mil pesos, cifra que significaría ingresos, vía nómina mensual, por 189 mil pesos, pese a que el tabulador salarial del gobierno de Veracruz indica que percibe como máximo 74 mil 938 pesos, lo que significa que más de un millón de pesos de ingresos estaría sin justificar, indica el analista de Proceso.
“Declaró una residencia en pleno centro de Córdoba, su ciudad natal, con un valor catastral de 700 mil pesos, más una casa en el Puerto de Veracruz con valor de un millón de pesos, así como joyas y monedas por dos millones 50 mil pesos, producto de una donación de Jazmín Tubilla, familiar de su esposa, Karime Macías.
“También aparecen un “menaje de casa” en inmuebles por medio millón de pesos, y dos cuentas bancarias por menos de dos millones de pesos”.
Pero el todavía gobernador considera que la mejor defensa es el ataque. Decidió entablar pleito del orden penal en la PGR contra su sucesor, Miguel Ángel Yunes Linares. Sería trascendente que informara dónde cobran su salario los abogados que darán seguimiento a la confrontación de lodo y se encargan de su defensa. Debiera enseñar contratos y recibos, aclarar el origen del dinero con el que les paga.
Pues sí, mientras a millones de mexicanos apenas les alcanza para comprar la canasta básica, o pagar los servicios, o para tener confianza en su gobierno, constatamos que los dos ex gobernadores (Guillermo Padrés Elías y Rodrigo) se irán vivos. Los que pronto dejarán el poder: Javier Duarte de Ochoa, César Duarte y Roberto Borge Angulo, disfrutarán airadamente de la impunidad, porque en este país los que mandan gobiernan para ellos mismos.