* Los políticos tienen la certeza de ser propietarios absolutos de la verdad revelada, entregada a ellos en el Sinaí del poder, en medio del torbellino de la presencia del señor presidente
Gregorio Ortega Molina
El problema con los políticos es que asumen sus dichos como verdad revelada. Pareciera que todo discurso o declaración pública les fue entregada en el Sinaí del poder, en medio del torbellino que desprende la presencia divina, la voz del señor presidente. Se consideran superiores a Lucifer en belleza y sabiduría.
De allí que piense que la conciencia en los políticos -pero sobre todo en los militares devenidos hombres de poder- se convierte en lenitivo poderoso para que afloren la ética social, la moral en los hábitos y la cultura de quienes han de tomar decisiones. Pareciera que es urgente curarse en salud porque soplan vientos de cambio, pero nada más parece.
Aunque esa conciencia puede mostrar únicamente una sutil demagogia, como lo indica la declaración del general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda. En ella advierte que la corrupción y la impunidad se han convertido en perverso y “complejo fenómeno que ha dañado nuestra democracia, nuestra economía, profundizando la desigualdad e incrementando la violencia”; se atrevió a puntualizar que ese fenómeno de verdadera, auténtica disolución social, ha minado la credibilidad en las instituciones públicas.
La inaudita declaración ocurrió el 22 de junio último, durante su participación en la inauguración del taller “Obligaciones y Responsabilidades Bajo el Sistema Nacional Anticorrupción”, efectuado en el Centro Militar de Ciencias de la Salud; allí, el secretario de la Defensa Nacional y garante de la paz interna, indicó que solo lograremos superar la corrupción e impunidad que nos aqueja con voluntad, decisión entrega y perseverancia, “y con la ferviente vocación de servir a México”. Lo que a estas alturas de los gobiernos del cambio y la alternancia, ¿quién sabe lo que servir a la patria significa?
Para compartir foro y responsabilidades, también estuvieron en el evento el almirante secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sánz, y la titular de la Secretaria de la Función Pública, Arely Gómez González. Por ello Cienfuegos destacó la importancia de la reforma que creó el SNA, cuyas leyes y reglamentos llegaron para quedarse; la aplicación “precisa y contundente de este esquema permitirá enfrentar la corrupción que ha dañado a nuestra sociedad”, dijo el general secretario.
Para concluir su arenga, hizo un llamado a fortalecer la cultura de la legalidad, de la transparencia y de la rendición de cuentas en todas las instituciones de la República, porque “estamos obligados a preservar el México donde la ley impere, la corrupción se erradique y la impunidad se destierre”.
Lectores, constaten lo que puede hacer la conciencia como lenitivo para que afloren los frutos de la ética social y los de la moral de los hábitos culturales para impulsar el cambio.
Manuel Bartlett.- Ineludible echar mi cuatro de espadas sobre el acto de contrición formulado por el ex secretario de Gobernación responsable de coordinar el “silencio absoluto” sobre la elección de 1988. Es breve: no olvidar que el PT es propiedad de Raúl Salinas de Gortari, y que cobró muy bien el hecho de “callarse” la boca, primero como secretario de Educación Pública y después como gobernador de Puebla. Cuando habla, hace política, y no precisamente a favor de la izquierda, mucho menos de Acción Nacional. ¡Vaya joda con los arrepentidos de a mentiritas!
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