* Pueden pararse de cabeza -como afirma el ínclito Gerardo Fernández Noroña- que, así como la reforma judicial -reformada a su vez- va, el sector salud languidecerá por la falta de recursos, la carencia absoluta de honradez y la ausencia de imaginación para restablecerlo. No es asunto de confianza, es tema de constatación. Lo que se ve no se juzga, dijo Juan Gabriel
Gregorio Ortega Molina
Hoy está de moda priorizar la seguridad, pero de qué sirve transitar por la república sin temer asalto, extorsión, una bala perdida o a policías y/o militares y marinos codiciosos, si no puede salirse de la cama, del hospital, o dejar la quimioterapia de lado.
Es cierto, sin la salud la seguridad no es disfrutable. Y sin embargo hay más escollos para logran una buena convivencia social. Leo, en Las pasiones y la sabiduría, de Alain, que se puede vivir unos días sin alimento, pues de alguna manera los cuerpos acumulan reservas, aprenden a “engañar” el hambre, pero no puede vivirse sin satisfacer el sueño. Quizá es cierto, es más importante cerrar los ojos y descansar que echarse un taco, o una torta de tamal.
Pero, de qué sirve dormir a pierna suelta si despiertas en un sobresalto por el ruido de los disparos, porque los narcos se adueñan de tu comunidad y más, se hacen los señores de tu destino.
¿De qué sirvieron al gobierno recién concluido, el engaño por la palabra desde el salón de la Tesorería, y las obras faraónicas que nada aportan a la recaudación fiscal, ni la más mínima riqueza para contribuir a la creación de empleos, asegurar la salud de una sociedad cuyos males manifiestos se multiplican, como crecen los suicidios entre adolescentes?
¿De qué sirvió invertir en investigación y hacer la faramalla de tener la vacuna Patria, si no es verdad y no se aplica ni aplicará? ¿A qué el cuento de la farmacia más grande del mundo? ¿Y la desaparición del seguro popular, para reconvertirlo en INSABI y fracasar para hacer creer al México bueno y sabio que lo pueden sanar en el IMSS? ¿Y el IMSS redivivo como caja chica para obtener recursos?
Soy usuario de los servicios de salud del Estado, y lo mismo me han atendido médicos venezolanos que cubanos, mientras los pasantes mexicanos, los ya médicos completos, reciben malos tratos, mala paga o no encuentran empleo, sin considerar que en ocasiones son asesinados.
Pueden pararse de cabeza -como afirma el ínclito Gerardo Fernández Noroña- que, así como la reforma judicial -reformada a su vez- va, el sector salud languidecerá por la falta de recursos, la carencia absoluta de honradez y la ausencia de imaginación para restablecerlo. No es asunto de confianza, es tema de constatación. Lo que se ve no se juzga, dijo Juan Gabriel.
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