* La oficialidad del presente resulta tan parecida a los políticos denostados por Pancho Villa. Debemos preguntarnos si sus intereses están con un gobierno transitorio, o con el Estado; si están con la necesidad de fortalecer las instituciones y la unidad nacional, o debilitarlo todo con tal de ser obsecuentes y obedecer al jefe nato de las Fuerzas Armadas. ¿Les retribuye el pueblo, o el gobierno? Sólo los jefes de las Fuerzas Armadas lo saben
Gregorio Ortega Molina
Parto de un supuesto que puede ser grave equívoco, pero como las Fuerzas Armadas son lo suficientemente herméticas, salvo cuando de defender los intereses “gremiales” se trata, como en el caso del general Salvador Cienfuegos Zepeda -que obligó a AMLO a tragar sapos-, incursiono en discernir qué mueve o motiva hoy a la alta oficialidad de Ejército y Marina, a servir sin cortapisas a los intereses de la 4T.
Supongo que, en ellos, como en todos los mexicanos, también se modificó el básico concepto de patria, y hoy ni siquiera entre los cadetes podría recrearse el mito de los niños héroes. ¿Quién se envuelve en la bandera y se lanza al vacío? Ya ni con el DETENTE en las manos.
Si hay modificaciones en el comportamiento de los civiles, imposible que no incidan en la manera en que actualmente ven el mundo los integrantes de la alta oficialidad, porque viven en sociedad, pero además la vigilan, la investigan, la espían, como lo hacen desde la Sección Segunda del Ejército. De ellos depende la conocida como seguridad nacional, y sólo quienes allí laboran, o en el Poder Ejecutivo, determinan qué es y cómo se come, sobre todo cuando sirve para la opacidad de las acciones de gobierno.
Valdría la pena que estos militares, diplomados del Estado Mayor y formados en su educación castrense en academias de Estados Unidos, recordaran lo que Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, dijo a Regino Hernández Llergo durante la entrevista que le hizo en 1922: “En esta época hay muchos políticos ambiciosos, que ningún bien hacen a mi raza; pasan el tiempo discutiendo tonterías y robándose el dinero que le pertenece al pueblo… ¡Aquí los quisiera yo ver, señor, en Canutillo, sembrando trigo y parándose a las tres de la madrugada!… Yo, a esos políticos de petate, los tomaría por mi cuenta, los embarcaría en un tren especial y los haría recorrer la república para que, en cada parte, convocaran al pueblo para enseñárselos, diciéndoles: ¡Pueblo estos no te hacen ningún bien, sólo hablan y te roban tu dinero!… ¡Ah, señor! -añadió fijándome su mirada- ¡Aquí los quisiera yo ver, trabajando como los hombres!”
La oficialidad del presente resulta tan parecida a los políticos denostados por Pancho Villa. Debemos preguntarnos si sus intereses están con un gobierno transitorio, o con el Estado; si están con la necesidad de fortalecer las instituciones y la unidad nacional, o debilitarlo todo con tal de ser obsecuentes y obedecer al jefe nato de las Fuerzas Armadas. ¿Les retribuye el pueblo, o el gobierno? Sólo los jefes de las Fuerzas Armadas lo saben.
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En cierta medida los proveedores de servicios en México son como los políticos, más jarabe de pico que cumplidores de la ley.
Otra vez me refiero al caso de Sky TV, que nada hace por defender a sus suscriptores y permite o auspicia que una plataforma como Universal TV incumpla con su oferta de transmisión, pues de manera unilateral canceló el subtitulado, lo que afecta a los sordos. Cotidianamente recibo más quejas de los usuarios. ¿Qué hace Sky TV para defenderlos? Lo mismo que la oposición política para que se observe la legalidad electoral. NADA.
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@OrtegaGregorio