* Durante años acudimos a las reuniones organizadas por Magdalena y Carlos a su casa, y luego a los festejos de ambos preparados con meticulosidad por Ana Ferreyra, para reunirnos a los amigos de sus padres, hasta que Magdalena decidió que estaba cansada y se fue. Para Carlos fue el inicio de una larga despedida. Sin su esposa era un barco a la deriva, como dejó constancia de ello en sus escritos periodísticos publicados en portales de noticias
* ¿Que va a pasar? quien sabe, por lo pronto comienza la estampida de empresas transnacionales buscando mejores lugares para hacer negocios. El fenómeno de Grupo Salinas no es único, finalmente hoy somos perseguidos los empresarios, Walmart, Samsung, Costco y así un sin fin de empresas que son las visibles
Gregorio Ortega Molina
Magdalena y yo nos cruzamos profesionalmente en 1973, cuando ambos llegamos a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, ella al área de publicaciones bajo la tutela del inefable Roberto Rodríguez Baños. Yo en comunicación social, dirigida por el no menos inefables Leopoldo Mendívil Echavarría.
Al poco tiempo Carlos Ferreyra Carrasco regresó de la Habana, donde finalizó con absoluta pulcritud su contrato con Prensa Latina. Durante el desarrollo de nuestra amistad nos enteramos de los difíciles días que tuvieron en Cuba por la enfermedad de una hija.
Carlos y yo intensificamos nuestra relación personal porque ingresó a Revista de América dirigida por el periodista Ortega Hernández. A ese lugar Ferreyra llevó a Abelardo Martín. Desconozco si su amistad se originó antes, pero desde entonces funcionaron como Tuco y Tico. Fueron amigos inseparables a pesar de que sus compromisos profesionales los llevaron por rumbos distintos del periodismo, en los que coincidieron cuando Ferreyra fue nombrado director de comunicación social en el Senado de la República, lugar al que Abelardo llegó muchos años después.
Antes estuvieron en Milenio, donde Carlos dirigió el semanario, desde cuyas páginas denunció la extorsión de que fui objeto y, meses o un año después, reconoció en su columna haber olvidado la forma en que me extorsionaron, porque a él le sucedió de idéntica manera, y también perdió el coche. En medio de la exigida sagacidad para ser periodistas, nos dejamos engañar como a chinos. La extorsión es un engaño al cual se cede fácilmente por el temor al daño de un ser querido.
Durante años acudimos a las reuniones organizadas por Magdalena y Carlos a su casa, y luego a los festejos de ambos preparados con meticulosidad por Ana Ferreyra, para reunirnos a los amigos de sus padres, hasta que Magdalena decidió que estaba cansada y se fue.
Para Carlos fue el inicio de una larga despedida. Sin su esposa era un barco a la deriva, como dejó constancia de ello en sus escritos periodísticos publicados en portales de noticias. Su agónica soledad duró años, hasta que, como hizo constar Riva Palacio: “el miércoles 8 de octubre falleció el periodista Carlos Ferreyra Carrasco. En sus redes sociales, Raymundo Riva Palacio informó que Ferreyra Carrasco, un periodista de los de verdad, consecuente, congruente y libre, acaba de fallecer”.
En casa perdimos a un amigo, como en su momento se nos fue Magdalena.
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Tengo la sensación de que no importa posponer los aranceles, y algún lector opina lo mismo. Les comparto:
“No va a haber tratado comercial, por lo menos como lo hemos conocido los últimos 30 años. Trilateral por nada del mundo. Será cuando mucho bilateral entre USA y México y quedará pendiente negociar con Canadá. Muchas preguntas quedan en medio, todo aquello que circula libremente de manera transfronteriza: ¿Que va a pasar? quien sabe, por lo pronto comienza la estampida de empresas transnacionales buscando mejores lugares para hacer negocios. El fenómeno de Grupo Salinas no es único, finalmente hoy somos perseguidos los empresarios, Walmart, Samsung, Costco y así un sin fin de empresas que son las visibles, ya que estos chairos sacan las cuentas del gran capitán por sus tenates y sin fundamento hay que pagarles lo que quieren, se imaginan, calculan. Sin amparo no hay defensa que valga. No saben que no saben o se hacen, basta ver los comentarios de la seño ayer en la aburridora, que saque su línea de captura y pague hoy, hoy. No se trata de eso, se trata en su caso de pagar lo que es real, en caso de que sea real. El caso Samsung es absolutamente irreal, y en donde se ve ese apriete de tuercas hacia todas esas empresas fantasma creadas por ellos mismos, para robarse el dinero público, lo que deben, supuestamente todos los que me digas no llega a los talones de lo que se debe de contrabando de combustibles. Ahí no hay nada, sólo a los cautivos y muy evidentes para sembrar terror. ¿Quiénes se irán finalmente? Lo iremos viendo”.
@OrtegaGregorio
 
			 
			



