* En estas cifras vemos en qué convirtieron a México esos presidentes del poder absoluto, con la anuencia ciega del Congreso y del Poder Judicial de la Federación
Gregorio Ortega Molina
Somos testigos de cómo los servicios forenses son incapaces de establecer identidades y determinar causas de muerte, debido al creciente número de cadáveres que produce la violencia. Lo grave es que los deudos responden con rencor hacia la autoridad que no la protege y tampoco le da respuestas.
No deben asombrarnos las declaraciones de Roberto Cabrera Alfaro, jefe de jefes en la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas. Nos entera que el agravio social de las personas desaparecidas, se hace más evidente y doloroso por el número de casos sin resolver y, además, por el extravío de cadáveres o entrega de cuerpos equivocados a familiares.
Allí están las fotografías de cuando el SEMEFO de Ciudad Juárez era precario, tanto que los cuerpos se amontonaban unos sobre otros; o el asunto de los camiones de doble remolque usados como morgues ambulantes por su sistema de refrigeración, o esa persistente pesadilla de las fosas clandestinas encontradas, y las otras que sólo Dios sabe dónde están.
Cabrera Alfaro dio cuenta de que, al día de su informe, el registro de personas desaparecidas es de 40 mil 180 nombres. A Lía Limón se le fueron a la yugular cuando aseveró que eran 25, lo que significa que desaparecieron 15 mil mexicanos en un sexenio. ¿Son muchos o pocos?
Ese informe da a conocer qué entidades federativas no respondieron cientos de solicitudes de información relativas a la ubicación de mil 500 cadáveres, cuyo ingreso, a sus áreas forenses, reportaron en su momento a Plataforma México. Lo anterior podría representar, en el peor de los casos, que se desconozca el paradero del cuerpo. “Lo vimos en Tetelcingo (Morelos) y lo hemos visto en otras entidades, desafortunadamente”, confirmó.
El establecimiento certero de las identidades, se da en apenas 0.9 por ciento de los 40 mil 180 que persisten en calidad de desaparecidos, de una base general, del fuero común, de 99 mil 129 registros del 2006 a la fecha, de los que fueron encontrados con vida 62 mil 436.
La Comisión logró construir una base de datos de información genética con más de 50 mil perfiles de familiares de personas desaparecidas y restos óseos.
Así, en estas cifras, vemos en qué convirtieron a México esos presidentes del poder absoluto, con la anuencia ciega del Congreso y del Poder Judicial de la Federación. La manera de no retroceder y encontrar soluciones al caos y la violencia es la reforma del Estado, iniciar el camino al presidencialismo parlamentario.
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@OrtegaGregorio