* Dicen, los que saben, que la humillación puede tolerarse con millones de dólares en las cuentas del agraviado, pero en pobreza o indigencia, nones
Gregorio Ortega Molina
No le den vueltas. Combatir el narcotráfico es fuente de poder armado y político, porque se interviene en la regulación del mercado, en el destino del dinero negro que produce y en el control de los sicarios; más eficientes para aniquilar a los enemigos que los soldados privados proveídos por Blackwater.
Nuevamente Esteban Volkow me hace llegar un comunicado de ALAI, en el que se informa que, para afianzar el poder de las corporaciones financieras y comerciales, los gobiernos de América Latina dan su anuencia a otra modalidad del Plan Cóndor; el enfoque es mediático-judicial, para facilitar el dominio corporativo.
La alerta de ALAI indica: “Las organizaciones de comunicación y colectivos sociales nucleados en el Foro de Comunicación para la Integración de NuestrAmérica, alertamos a los pueblos de la región sobre la estrategia concertada que llevan adelante grupos de poder económico, conglomerados mediáticos monopólicos y una facción del poder judicial, con el objetivo de proscribir liderazgos populares en futuras elecciones.
“Apunta al desprestigio final de la política como canal de transformación social, promoviendo la desestructuración de la organización popular y replicando las tesis neoliberales del consenso de Washington, según las cuales el Estado es un actor inconveniente para el desarrollo de la economía y de la vida pública”.
Medito en la veracidad de la información ofertada por ALAI, en la intencionalidad del lenguaje usado en las notas, y en la posibilidad de que un retoño de la original Operación Cóndor adquiera fuerza para alinear a los gobiernos renuentes con la estrategia de seguridad regional diseñada en Estados Unidos, con el propósito de fortalecer el resurgimiento de esa nación en el control comercial del mundo.
¿Será que los asesinatos y/o desapariciones de líderes de movimientos populares y periodistas independientes son orquestados de manera regional en Colombia, Argentina, México, Honduras, Paraguay, Brasil, con el propósito de un alineamiento acrítico y dócil? ¿Y la fallida reforma constitucional penal cuyo sentido puede ser el descrito arriba?
Me queda la impresión que de pronto lo que fue durante 500 años el Nuevo Mundo se convirtió -ideológicamente- en el viejo, donde el conservadurismo tradicional se confunde con un inexplicable deseo del regreso al zarismo, estalinismo y otros cesarismos.
Pienso en la lección a nosotros dejada por Elena Garro en Los recuerdos del porvenir. Es actual, porque lo que hoy hacen los gobiernos para el control de la energía sobrante en la población, y para favorecer el desmantelamiento de toda idea relacionada con soberanía, independencia, patria, sentido de pertenencia y dignidad, es el peor de los futuros posibles. Dicen, los que saben, que la humillación puede tolerarse con millones de dólares en las cuentas de los agraviados, pero en pobreza o indigencia, nones.
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