* Por lo pronto en Tamaulipas avisan que se muestran incapaces de llevar adelante la recaudación fiscal. ¿Cómo, entonces, obtendrán los recursos para erradicar el flagelo de la muerte violenta y fuera de la cama? El fracaso del Estado llama a la puerta
Gregorio Ortega Molina
Cuando Amores perros nos descubrió actrices y directores mexicanos, José Luis Ontiveros me advirtió, en referencia a las peleas de esas mascotas: “Cuidado cuando agarren afición a la sangre. Entonces serán capaces de comerse a cualquiera”. Recuerdo el dicho: cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde.
Todo indica que los sicarios agarraron afición a la sangre; esta violencia que le endilgan a esa parte de la sociedad que inerme sólo observa, más tarde que temprano se volverá en contra de los barones de la droga, también demolerá a esos dueños del dinero y del poder dedicados a pescar en río revuelto, sin medir consecuencias y sin pensar en sus mujeres e hijos. Pregunten a Humberto Moreira.
Inmersos en la vorágine de sangre y muerte, de violencia sin fin e ineficacia gubernamental, lo que pareció ser un mes de mayo espantoso por el número de fallecimientos a sangre y fuego, viene a resultar que los homicidios rompen toda sugerencia de optimismo y cualquier sugestión de esperanza, pues ahora resulta que el último junio fue el mes más violento de los últimos 20 años, como lo indican las estadísticas dadas a conocer por el Sistema Nacional de Seguridad Pública: ocurrieron dos mil 234 asesinatos, la cifra más alta desde que las autoridades comenzaron el registro. El primer semestre de 2017 ha sido particularmente violento al contabilizarse 12.155 investigaciones por homicidio, un aumento del 30% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
“En mayo se registraron 2.191 asesinatos y un mes más tarde, 43 casos más. El récord se batió por segundo mes consecutivo. El incremento también se ha reflejado en el número de secuestros: 100 casos en mayo frente a 108 de junio. Las extorsiones disminuyeron de 524 a 501 en el seguimiento mensual. Los datos provienen de las investigaciones que realizan las fiscalías locales y después se reportan a las autoridades federales”.
Los electores regresaron al PRI a la residencia fiscal de Los Pinos, porque EPN prometió, entre otras cosas, pacificar al país y establecer controles efectivos al narcotráfico y todos los delitos que conlleva. ¿Qué pensar de esas avenidas de diferentes ciudades de la república, donde los dueños prefirieron abandonar comercios y restaurantes, porque la extorsión los ahogó, pero no podían permitir que también se llevara su vida?
Por lo pronto en Tamaulipas avisan que se muestran incapaces de llevar adelante la recaudación fiscal. ¿Cómo, entonces, obtendrán los recursos para erradicar el flagelo de la muerte violenta y fuera de la cama? El fracaso del Estado llama a la puerta.
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