* Lo que José Antonio Meade Kuribreña defendió ante los Diputados, en su 2° acto oficial y mandatado al secretario de la Hacienda Pública, fue conceptuado por su antecesor. ¿Convertirán a México en una patria de miserables, camino de la calcutización?
Gregorio Ortega Molina
Es momento de que quede claro -a los mexicanos de a pie- quién o quiénes son los responsables últimos del Presupuesto de Egresos de la Federación. ¿El Poder Ejecutivo, o el Legislativo? ¿Será que todavía vivimos, sufrimos y padecemos el rescoldo de las consecuencias de las facultades metaconstitucionales del Señor Presidente? ¿Se impondrá su opinión globalizadora y subordinada a las exigencias de EEUU, o el mandato de servir al pueblo?
Lo que el presidente EPN envía a la Cámara de Diputados se llama Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2017. A los supuestos representantes populares -más preocupados por formar parte de una Comisión, recibir un moche o afianzarse con algún grupo de poder- se les olvida que tienen la obligación constitucional, ética y moral, de revisarlo y, en su caso, enmendarle la plana al Poder Ejecutivo.
Lo que José Antonio Meade Kuribreña entregó primero, y luego defendió en la Cámara de Diputados, en su 2° acto oficial y mandatado al secretario de la Hacienda Pública, fue conceptuado por su antecesor y su equipo, y obedece, todavía, a ese concepto de políticas públicas que tiene a la mayoría de los mexicanos postrados, a millones en el desempleo, en la pobreza alimenticia a otros tantos, y en la absoluta miseria a un número supuestamente medido, pero inimaginable. ¿Convertirán a México en una patria de miserables, camino de la calcutización?
¿Cuál fue el juego de Videgaray y su equipo? ¿Estaba enterado EPN? ¿Es su cómplice al titular del Ejecutivo? ¿Es más importante servir la deuda que alimentar, educar, garantizar salud y seguridad de los mexicanos? ¿Y los contratos millonarios similares al de la Línea 12? ¿Y las condonaciones y créditos fiscales cuyo destino fue las Bahamas? ¿Y el Taj Mahal para el INE?
Ese edificio será el monumento funerario de nuestra incipiente democracia: corromperlos a todos, porque todos tienen impunidad garantizada.
El resultado lo atestiguaremos muy pronto, en cuanto los sedicentes representantes del pueblo, en la casa de ese mismo pueblo, aprueben el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017, y lo conviertan en Ley.
Lo que salga de sus cerebros, pero sobre todo de sus “compromisos” políticos y su obediencia ciega, nos dará, a los mexicanos y al mundo, la realidad de la democracia en la que creemos vivir, porque lo que hasta este momento tienen en sus manos, son 120 millones de revólveres cargados con una única bala, para que los mexicanos juguemos a la ruleta rusa.
Obviamente el juego está trucado, unos cuantos saben en cuál de las cámaras está el proyectil, los otros atentamos, diario, contra la seguridad de nuestra economía doméstica, nuestros ahorros, nuestra salud, nuestro patrimonio, nuestra seguridad jurídica y pública. Nosotros desconocemos dónde está la bala de la pistola que pusieron en nuestras manos.