* ¿Cuándo harán transparentes las cifras de lo que cuesta convertir la frontera sur mexicana en el muro de nopal para los migrantes del mundo que eligieron esa ruta?
Gregorio Ortega Molina
Se desdibuja ya la máscara de Andrés Manuel; al readquirir su verdadera imagen el rostro se desfigura en una mueca que infunde temor, porque ahora le es imposible ocultar que se sirve del lenguaje de izquierda, pero, como siempre, come con la derecha.
Con Donald Trump casi le fue imposible ocultar su maridaje ideológico, y ante la amenaza pactada de imponer los aranceles, pues ni modo, a cumplir con la tarea asignada a México y su gobierno, en el rediseño de la geopolítica de seguridad regional, y en el proyecto del bloque de América del Norte. Lo grave es que acá nuestras autoridades migratorias, ayudadas en la represión a los migrantes por la Guardia Nacional, resultaron más papistas que el Papa.
¿Dónde los menores separados de sus padres? ¿Hacinamiento inmundo entre los detenidos del lado mexicano? ¿Abuso total a los derechos humanos?
A saber. De lo que sí queda constancia es de la desorbitada obsesión presidencial por convertirse, con ayuda de Joe Biden, en el líder político de América Central, e imponer, así, el ejemplo de México para al mundo, con Sombrando Vida y Jóvenes Cultivando el Futuro. Es su oportunidad de hacer de la 4T una heredad ideológica de alcance continental.
¿Cuándo harán transparentes las cifras de lo que cuesta convertir la frontera sur mexicana en el muro de nopal para los migrantes del mundo que eligieron esa ruta? No nos equivoquemos, los migrantes afganos que ya llegaron a territorio nacional y cuyo número puede crecer, están dentro de un acuerdo con el gobierno estadounidense, porque el costo de concluir una guerra cara y con una derrota, no puede incrementarse más con el flujo de migrantes derrotados.
El amago a la OTAN, lo mismo unilateralmente y por voz de Andrés Manuel, que, sirviéndose de la CELAC, o con la presencia de Miguel Díaz-Canel durante los festejos de la “independencia” en la significativa fecha del bicentenario, no pasarán de ser alardes, si no es que gestos previamente anunciados, con el propósito de mantener la paz interna en el territorio nacional, y asegurar un gobierno “estable” a este presidente que gustoso se pone a las órdenes de Estados Unidos.
¿En qué quedó la compra de Deer Park, y para qué servirá la adquisición de SIETE MIL MILLONES DE DÓLARES por parte de SHCP a Banco de México? ¿Lo sabremos?
Las pifias de los proyectos gubernamentales mexicanos, notoriamente Dos Bocas y el aeropuerto Felipe Ángeles, tienen utilidad para terceros, en este caso ¿quiénes son? En esta ocasión no será pronto, pero más temprano que tarde veremos a los beneficiarios que levantan la cosecha. El aeropuerto internacional de Panamá inició su restructuración en cuanto nuestro honorable, honesto y honrado presidente incumplió su palabra a los inversores mexicanos, y canceló el proyecto Texcoco, con todo y costos económicos, políticos, sociales y diplomáticos.
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