* ¿Compartirán civilizadamente el aeropuerto de Santa Lucía en una base militar conjunta México-Estados Unidos?
Gregorio Ortega Molina
Me sumo a la inquietud y el desconcierto de millones de mexicanos, a los que no nos quedan claras las razones y el denodado empeño para empujar la construcción de un aeropuerto civil en Santa Lucía. Son muchos los signos de alarma.
1. El establecimiento de una fecha fatal para que inicie operaciones. Inolvidable la educada y oportuna frase presidencial en una mañanera: “Tengan, para que aprendan”.
2. La decisión unilateral de entregar la obra a los ingenieros militares, cuya competencia para entregar bien y a tiempo es innegable, pero que permite suponer relaciones peligrosas entre las Fuerzas Armadas y el Poder Ejecutivo.
3. Los oídos sordos a las protestas ecológicas y a los contenciosos legales, que fueron superados por presión del Poder Ejecutivo sobre el Judicial; resulta una horrible coincidencia que en cuanto Eduardo Medina Mora renunció, los amparos se desecharan.
4. Buscar el respaldo en una consulta popular que no fue ni una ni otra cosa. Es decir, ni consulta, ni popular. Imperó sobre la transparencia, la debida promoción para que se participara, debido al interés nacional, una decisión Ejecutiva. Me canso ganso.
5. El costo de la vía alterna para trasladarse de la Ciudad de México a Santa Lucía.
6. Las observaciones de la IATA, de las líneas aéreas, de los pilotos y los controladores de vuelo, sobre los altos riesgos que implica convertir a Santa Lucía en un aeropuerto que opere simultáneamente con el de la Ciudad de México, todas sin respuesta.
7. La posibilidad, no descartable y sí con oportunidades de que se convierta en realidad, de que el Aeropuerto Civil de Santa Lucía sea transformado en uno militar, primero, y, para avanzar en el proceso de integración al Bloque de América del Norte, en base aérea compartida con Estados Unidos, pues ya lo advirtió oportunamente el subsecretario Jesús Seade Kuri, hay formas civilizadas de compartir la soberanía.
Ciertamente que este análisis puede estar irrigando el pavimento por no haber acertado al tiesto, pero creo que nunca como con el actual gobierno, se ha mostrado tanta obsecuencia con las peticiones de Donald Trump. Así es pues, que no es nada difícil que transitemos del total apoyo a convertirnos en mudo muro de contención migratoria, a ceder una parte del territorio nacional para base de la fuerza aérea de Estados Unidos.
Pero desde el gobierno nadie dirá esta boca es mía, nomás faltaba, Santa Lucía va porque va. En cuanto inauguren operaciones veremos qué uso se le da, y a lo peor en el pavimento que irrigué crecen las flores del mal.
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@OrtegaGregorio