* En cuanto a purificar a México, puede decirse que al proyecto de la 4T le ocurrió lo mismo que a lo que se hundió de los restos quebrados de lo que fue la abortada cimentación del AICM
Gregorio Ortega Molina
Por lo que circula en redes y en el periodismo libre y tan odiado por el presidente de México, puede ocurrir que se nos venga encima un tsunami de mierda política y social, originado en la feroz lucha por el poder, para definir, de una vez por todas, si queremos, o no, proyecto de nación.
Quienes desean ofrecer una alternativa a lo que hoy es el anuncio de una dictadura, deben considerar cuál es la actitud del electorado y la manera en que los votantes ven, en este momento, a quien prometió acabar con la corrupción y purificar al país.
En cinco años de mangonear, Andrés Manuel López Obrador, en algún momento esperanza de los pobres y desposeídos, transformó a sus seguidores en clientes. Es prudente recordar que la “clientela” política se acerca al arroyo a refrescarse cuando el agua es pura y garantiza mínimos de bienestar, pero tal y como hoy sucede con la aridez, cuando la tierra seca aparece y muestra esas grietas que tiene nuestro modelo político, la “complicidad” del voto sólo se asegura con los programas sociales a tope y, como él mismo lo señaló durante sus campañas, puede ocurrir que hayan decidido pagarle con la misma moneda y recibir todo lo que les dan, para voltearle la tortilla en las urnas. Por el momento, en este aspecto la moneda está en el aire.
En cuanto a purificar a México, puede decirse que al proyecto de la 4T le ocurrió lo mismo que a lo que se hundió de los restos quebrados de los cimientos de lo que fue la abortada cimentación del AICM. Quizá le llegó al caletre con la tergiversada lectura de Demián: para nacer hay que romper un mundo. Hermann Hesse escribió en el epígrafe de la novela: “Quería tan solo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué había de serme tan difícil?” Todo indica que la única corrupción visible y pudrición futura, es la del cártel de Andy, especializado en el tráfico de influencias.
En defensa de sus vástagos y demás parentela, Andrés Manuel López Obrador sólo tiene el poder de su palabra, que pesa porque es la voz presidencial, y porque no es de talante empático y propenso al respeto a los otros ni al ofrecimiento de pruebas. No es ser humano al que guste de razonar y entablar diálogo, sino imponer su voluntad, hacer la pataleta, gritar, pues para eso se preparó toda su vida.
La purificación de México llegará cuando desaparezca el presidencialismo que es garantía de impunidad. Sin reforma del Estado, nada.
Para documentar su optimismo
Comparto comunicado:
De acuerdo con el Índice de Calidad Institucional (ICI) de la Red Liberal de América Latina (Relial) elaborado por el economista argentino Martín Krause, México se encuentra en el puesto 128 de 183 en materia de instituciones políticas, lo que lo coloca detrás de países como China, El Salvador y Arabia Saudita.
En Latinoamérica, los únicos países a los cuales aventaja en materia de instituciones políticas son Cuba, Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Venezuela, estas últimas dictaduras que han recrudecido sus medidas durante los últimos años.
El índice, elaborado cada año para la Red Liberal de América Latina, utiliza 8 indicadores de prestigiosas organizaciones para evaluar el desempeño de los países en materia de instituciones políticas y económicas.
Las instituciones políticas, para el ICI, se miden en relación con el Estado de Derecho, la rendición de cuentas, la libertad de prensa y la percepción de corrupción, cuatro aspectos en los cuales México ha tenido retrocesos importantes durante los últimos años.
México alcanzó su posición más alta en 2002 y 2005, cuando se ubicó como el sexagésimo primero de la lista. Desde entonces, ha entrado en una progresiva caída que hoy lo sitúa en el lugar 128 de 183.
Su retroceso, por desgracia, entra dentro de una tendencia general en América Latina. Este año únicamente República Dominicana, Costa Rica, Ecuador y Argentina registraron mejoras en su calidad institucional, mientras que Chile, que siempre había sido uno de los mejor calificados, tuvo un retroceso histórico con una caída de 6 posiciones.
Para más información escribir un correo a: andrea.contreras@freiheit.org
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio