* Convocaron a la idea de cultivar un humanismo mexicano para oscurecer los términos reales en que se gobierna, y la mordida adquiere el nivel de práctica cotidiana, pues es de ese proceder que los barones de la droga copiaron sus métodos. La 4T hizo escuela entre los delincuentes, primeros centuriones del totalitarismo
Gregorio Ortega Molina
El totalitarismo del siglo XX es distinto al que hoy padecemos. Los campos de concentración, el Gulag, las cajas de tigre, la pena de muerte, la expulsión del partido político, la exclusión del primer círculo del poder y el destierro, palidecen ante los instrumentos de los que hoy se sirven para que los no creyentes sean genuflexos y agachen la cerviz.
Lo mismo mangonean desde la derecha que desde la izquierda. Quizá el más dañino de los instrumentos de control, es la intrusión en la vida del observado, del sujeto a poner de ejemplo para que no se les ocurra imitarlo. Las escuchas, los videos, la denostación pública desde la cúspide del poder, doblan al más pintado, porque lo que no es fidedigno es truqueado, y son capaces de inventar vida y milagros de los líderes opositores y sus familias, deseosos de ser convocados a los desayunos de tamales de chipilín, para obtener esa absolución que todo lo blanquea y reviste al pecador de inmunidad e impunidad. Todos saben de la cuota para el movimiento, la que no es en efectivo se cobra en especie.
Se sigue idéntico proceder aquí y en China, como lo muestra la inmunidad presidencial por el caso Stormy Daniels, y acá puede ejemplificarse con la ceguera ante el tráfico de sobres amarillos y el nepotismo entre los familiares del poder. Es la fecha que no pueden mostrar la escritura pública del rancho La Chingada, ni transparentar los costos de lo realizado en infraestructura para asegurar al ex presidente una paz interior que ya nunca conocerá.
La mendacidad y la propaganda son sus armas predilectas. Mienten como su fueran niños de diez años esforzados en convencer a sus padres de que ellos no estropearon el sector salud, no trastocaron el concepto de soberanía energética y la nunca alcanzada autosuficiencia alimentaria -términos y metas obsoletas-, de la misma manera que hicieron jirones el término solidario, solidaridad, empatía, pues la única manera de controlar al México bueno y sabio, es en la confrontación interna, en el odio alimentado desde el poder.
Convocaron a la idea de cultivar un humanismo mexicano, para oscurecer los términos reales en que se gobierna, y la mordida adquiere el nivel de práctica cotidiana, pues es de ese proceder que los barones de la droga copiaron sus métodos. La 4T hizo escuela entre los delincuentes, primeros centuriones del totalitarismo.
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