* Primero la clientela política y la privanza personal, después la sustentabilidad de la CDMX. Por ello en la Asamblea Legislativa se apresuran a promulgar una Ley de Vivienda diseñada para tronar el desarrollo urbano y la creación de la ciudad Estado
Gregorio Ortega Molina
Mientras los ínclitos representantes de los habitantes de la CDMX compiten por la clientela política -lo único que les importa-, los problemas reales se acumulan, porque no hay presupuesto que alcance, además de por la falta de recursos, la corrupción, o la certeza de la visita de la muerte a la vuelta de la esquina.
La realidad es sencilla, advierte el secretario de Finanzas capitalino, Edgar Amador Zamora, quien durante su comparecencia en la Asamblea Legislativa señaló que los recortes a las finanzas de la Ciudad de México, incluidos en la propuesta del paquete económico 2017 del gobierno federal, no podrán ser subsanados con recursos locales o de otras áreas.
Durante 2017 el manejo de la basura, el mantenimiento a infraestructura hidráulica, la ampliación del sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) y Metrobús, así como la operación de las cámaras de vigilancia (seguridad pública) de la Ciudad de México, que ya no inhiben a los delincuentes, habrán de resolverse de otra manera a como usualmente se hacía.
Por lo pronto, deberán revisar la política de subsidios al transporte y al agua, así como el pago que hacen los concesionarios del transporte, como el metrobús y los segundos pisos, porque ellos también han de contribuir a la sustentabilidad y vida segura de la CDMX.
La ciudad tampoco puede crecer al ritmo de la codicia de los desarrolladores de vivienda y constructores de edificios, porque a mayor demanda de agua y otros servicios, menor posibilidad de satisfacerlos.
En palabras del secretario de Finanzas: “La proporción con la cual la Ciudad de México está contribuyendo al recorte presupuestal se nos hace desmesurada, se nos hace que le están cargando de más la mano a la Ciudad de México en el recorte presupuestal. No nada más nos recortan el Fondo de Capitalidad cuatro mil 500 millones de pesos a los cuales tenemos derecho, sino que el Fondo Metropolitano, y ojo, ahí sí recortan parejito, es un recorte para todos los Fondos Metropolitanos del país, hay una reducción de casi 70 por ciento”.
Aseveran que puede constatarse que los recursos del Fondo de Capitalidad se destinan actualmente a la construcción de la Línea 7 del Metrobús, el mantenimiento de plantas de tratamiento de aguas residuales y proyectos de drenaje y agua potable, así como los gastos de operación del Centro de Mando de la Ciudad de México (C4) que asciende a mil 600 millones de pesos anuales.
Pero claro, primero la clientela política y la privanza personal, después la sustentabilidad de la CDMX. Por ello en la Asamblea Legislativa se apresuran a promulgar una Ley de Vivienda diseñada para hacer tronar el desarrollo urbano y la viabilidad de la ciudad Estado.