* En cuanto a mi percepción de que esta decisión tendrá consecuencias más graves que las impuestas por la deuda externa, es sencillo de comprender: el yugo económico que cargamos por el pago de intereses eternos compromete la soberanía, pero siempre es soportable si se vive en libertad. Lo que echa por la borda Luis Videgaray Caso es la independencia. Al perderla dejamos de ser libres
Gregorio Ortega Molina
El secretario de Relaciones Exteriores mexicano es un riesgo para su presidente, Enrique Peña Nieto, porque lo hace responsable de la toma de decisiones equivocadas, por mal sustentadas, pero sobre todo es un peligro para México, porque somos nosotros los que pagaremos las consecuencias, más pesadas que las que nos cayeron por la deuda externa.
Si consideró -y de ello convenció a su patrón- necesario expulsar al embajador de Corea del Norte en México, a cambio de algunas o muchas concesiones en la renegociación del TLC (hecho improbable), debió proceder conforme a la diplomacia mexicana, argumentar para los mexicanos y para el mundo en la raíz histórica que nos sustenta.
Tan fácil que le hubiese resultado consultar en la historia reciente de la Cancillería de la cual es responsable administrativo, para expulsar al embajador de Coreo del Norte cobijado en el Tratado de Tlatelolco.
La página electrónica del gobierno que no conocen y no leen Luis Videgaray Caso ni sus asesores, indica: “¿Qué busca el Tratado de Tlatelolco? Asegurar la ausencia de armas nucleares en la zona de aplicación definida en el Tratado; contribuir a la no proliferación de armas nucleares; promover el desarme general y completo; utilizar exclusivamente con fines pacíficos el material y las instalaciones nucleares; prohibir e impedir el ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición, por cualquier medio, de toda arma nuclear; prohibir el recibo, almacenamiento, instalación, emplazamiento o cualquier forma de posesión de toda arma nuclear, y la abstención de realizar, fomentar o autorizar, directa o indirectamente, el ensayo, el uso, la fabricación, la producción, la posesión o el dominio de toda arma nuclear”.
Tan fácil que le hubiera resultado no dejarse guiar por sus ambiciones personales.
En cuanto a mi percepción de que esta decisión tendrá consecuencias más graves que las impuestas por la deuda externa, es sencillo de comprender: el yugo económico que cargamos por el pago de intereses eternos compromete la soberanía, pero siempre es soportable si se vive en libertad. Lo que echa por la borda Luis Videgaray Caso es la independencia. Al perderla dejamos de ser libres. Queda la sensación de que ciertas decisiones con carácter de Estado ya no se toman en Los Pinos, y eso es grave, disminuye la figura de Enrique Peña Nieto, presidente constitucional.
Queda claro, entonces, que el único y verdadero peligro para México es, por el momento, nuestro secretario de Relaciones Exteriores. Así lo vamos a pagar.
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