José Luis Parra
Al parecer, a la autollamada Cuarta Transformación se le olvidó un pequeño detalle: que la cuerda, por más gruesa que parezca, también se rompe. Y en este sexenio se ha estirado en todas las direcciones: justicia, salud, seguridad, libertad de expresión. Nadie parece darse cuenta, pero el estallido está cerca. La única duda es si alcanzará al poder antes de que lo suelten o después.
Pemex es un monumento al cinismo. Allá nadie roba, el huachicol ya es actividad cultural, y si algo se pierde en el camino, seguramente es culpa del pueblo. El desabasto de medicamentos es un “problema heredado” —como si los enfermos importaran solo cuando hay urnas cerca— y la estrategia de seguridad nacional consiste en no hacer enojar a los narcos, no sea que nos quiten su bendición.
Y ahora el remate: pretenden que ya no se les critique. Que nadie cuestione, nadie tuitee, nadie publique. Porque en el México morenista, el derecho a la libre expresión se mide con código penal en mano. Si el ciudadano osa dudar, criticar o simplemente pensar, le toca multa, demanda o cárcel. Periodistas incluidos. Porque la consigna es clara: o te alineas o te callas. Y si puedes, agradeces.
La 4T construye un país a su medida: sin oposición, sin crítica, sin vergüenza. Lo que no han entendido es que México es mucho más grande que su versión parchada del evangelio revolucionario. Hay un país allá afuera que no cree en los “otros datos” y que cada vez ve más claro que la realidad no se tuerce con decretos ni se silencia con amenazas.
Pero ellos insisten en ver al ciudadano promedio como un liliputiense mental. Uno que debe obedecer, no cuestionar. Como bien escribió Denise Dresser: “Cállense. Paren de escribir, de tuitear, de criticar a los políticos de Morena”. Es la orden del día en este régimen de mordazas y palmaditas entre camaradas.
Lo grave es que ese poder, que creen eterno, está empezando a estallar. Y ni cuenta se dan.
Deberían conocer el sabio refrán: El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla… en pleno rostro.