omopolíticus
pavesoberanes
Le haré una oferta que no podrá rechazar.
Corleone a Fontane
Se cumplieron ocho años de la fotografía de Cuauhtémoc Blanco y tres cabecillas de igual número de grupos de la economía ilegal, y dos y medio años de provocar un escándalo internacional que trastocó al gobierno de México tras su publicación en la tapa de El Sol de México bajo el título El Cuauh se reunió con jefes del narco.
El lunes 2 de mayo, el entonces presidente municipal de Cuernavaca asistió a la Secundaria 1 a realizar honores a la Bandera Nacional. Ahí dijo que había truncado sus estudios —la primaria, en la escuela Maestro José Vasconcelos, de Tlatilco— «para ser uno de los mejores futbolistas de México», ante la sorpresa del profesorado.
Ese mismo día, el munícipe sostuvo una reunión en la sacristía de la parroquia a la Asunción de María, con tres hombres cuyos rostros entonces eran desconocidos, retratados por una cuarta persona sin identificar. Quien presumió haber logrado ser futbolista —«Me mentalicé para ser uno de los mejores»—, llegó con la misma ropa, calzado y reloj a La cumbre de Yautepec.
Antes que nadie, homopolíticus reveló el día en que posaron los cuatro para la foto del recuerdo. No fue necesario investigar para saberlo. Bastó una simple asomada a la galería fotográfica de las actividades oficiales de Blanco, de no más de una hora, como alcalde y gobernador. Con el buscador de Google el detective Sherlock Holmes habría dado con Joseph Bell.
A las 08:00 horas de entonces se reunió con gente de bien, se mostró nacionalista y habló de sacrificios y metas alcanzadas. Horas después se mostró como un caradura, abrazó a tres desconocidos y posó con ellos, sonriendo. Seis años después se publicó la fotografía, obtenida del teléfono celular de uno de los tres cabecillas, como se aseguró, detenido por fuerzas federales.
El obispado creyó que la imagen fue congelada cuando Blanco ya era gobernador, y así lo aseguró su vicario general, Tomás Toral, y hasta puso el nombre de quien proporcionó la información: el párroco Juan Alvarado, antes de supuestamente volar a Argentina. «Era una misa el 12 de diciembre», mintió acaso adrede el prelado. Las únicas ocasiones que Cuauhtémoc oyó misa, sin confesar sus pecados, fue el 1 de octubre de 2018, en la parroquia a san Francisco de Asís, el santo de los animales, y el 12 de diciembre de ese mismo año, al interior de Palacio de Gobierno, contraviniendo la Constitución —«Todos en este gobierno somos católicos»—.
No era aún Cuauhtémoc gobernador. Estaba más flaco, tenía más cabello y vestía mezclilla, camisas cuadradas y calzaba tenis. Fue hasta que se publicó la fecha del retrato que terminaron las especulaciones. El presidente Andrés Manuel López Obrador lo castigó dos meses con su desprecio, pero luego lo siguió defendiendo, seis años, de todo y contra todos.
letraschiquitas
Con la fuerza moral que da la inmoralidad, el exdiputado del PES Alfonso el Ponchis Sotelo criticó los excesos de los futbolistas mexicanos que fueron echados sin sorpresa de la Copa América, utilizando ropa de marca, tenis de marca y hasta mariconeras de marca, subiendo una fotografía de Cuauhtémoc Blanco, su ídolo como futbolista y como político***. Luego de su reunión a puerta cerrada con la gobernadora Margarita González —ayer desapareció Blanco de las tapas de los diarios y González tomó su lugar—, el jefe de la bancada de MORENA a la Legislatura 56, Rafael Reyes, se dijo atento a las reformas de la presidenta Claudia Sheinbaum, para darle seguimiento en Morelos***. Animal político de tiempo completo, Graco Ramírez festejó su Seventy-fifth birthday con un pastel no tan grande como el de 2012-2018, entre amigos. Ahí estuvieron Juan Carlos Salgado y Paula Trade, la candidata a síndica que ayudó a José Luis Urióstegui a ganar con sus votos la reelección, como Antonio Villalobos en 2021.