Claudia Rodríguez
El gran tiradero
Basta escuchar la declaración del secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo, en referencia a que, al momento, México registra más de 500 conflictos ambientales, para interpretar que el presidente Andrés Manuel López Obrador, nada tendría que hacer a nivel de cancha para preguntar a los pobladores de distintas regiones del país, cuáles los problemas ambientales que sufren en su comunidad.
Sin conocer los objetivos y la estrategia puntual, tal vez sería ocioso opinar sobre un futuro sondeo nacional de temas medioambientales; pero sí posible señalar la previa demanda para frenar la contaminación; si se hace referencia a los datos previos que arrojó la indagación entre los mexicanos consultados en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo (PND) publicado el pasado primero de mayo. Los gobernados consideran que prioritariamente el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de las entidades, deben atender: la inseguridad y la violencia, corrupción, desempleo y trabajos de muy baja remuneración, insuficiente acceso a servicios de salud, la economía, impartición de justicia deficiente y selectiva, falta de acceso y mala calidad de los servicios educativos; e incluso antes que el respeto a los derechos humanos y la discriminación, lo que los gobernados quieren, es atención a la contaminación y el cambio climático.
La suma y la resta
Cada vez somos más quienes tenemos en la mira el cuidado de los recursos naturales que están a nuestro alcance, así como la observación del tratamiento de desechos residuales a nivel doméstico; pero son las empresas transformadoras y hasta los servicios a gran escala, los que contaminan no sólo a nivel continental, sino también los ríos, lagos y mares. Esta generación de grandes contaminantes sin tratamiento residual de por medio, sin duda al obtener un resultado final, tira por la borda los esfuerzos individuales o colectivos en pro del respeto y conservación el entorno.
Sin decir nombres, porque aquí no solo hay un villano; con el pretexto de que crean fuentes de trabajo y ¿pagan impuestos?, grandes consorcios arrojan sus desechos sin medidas sanitarias, ni sanciones de por medio.
En camino de la fractura inminente
Si el Gobierno en turno obvia las demandas ciudadanas que son las mismas que se compromete a solventar, entonces sí, la esperanza se fracturará en mil pedazos entre los aún entusiasmados con el cambio y el prometido nuevo rumbo que debe empezar a tomar el país.
No es magia, ni ciencia. Sí el lugar en el que vivimos se deteriora al nivel de inhabitable, todas las otras demandas no tendrían objeto de ser resueltas. Sólo hay que voltear y mirar la realidad de los afectados por los sismos de septiembre de 2017, quienes por un evento físico-natural perdieron su casa y ahí quedó en muchos casos, frenada su vida. Las historias se cuentan por cientos.
¿Se saldrá Germán Larrea una vez más con la suya?
Acta Divina… En la Terminal Marítima de Guaymas se presentó un evento que ocasionó el vertido de ácido sulfúrico que ocasionó la liberación de 3 (tres) m3. Se aplicaron de inmediato medidas de atención y la situación se controló rápidamente; informó Grupo México el 9 de julio del presente.
Para advertir… También Grupo México tiene cuentas por pagar.
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