SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Los ataques violentos registrados a últimas fechas en el estado de Guerrero han encendido los focos rojos en una entidad que curiosamente es gobernada por dos gobernadores: Evelyn Salgado Pineda y su padre Félix Salgado Macedonio. Sin embargo, de los dos no se hace uno, porque a la hora de los problemas ninguno de los dos da la cara.
Guerrero siempre se ha caracterizado por ser violento, muestra de ello es el sonado caso del asesinato de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de setiembre de 2014 en Iguala, sin que hasta la fecha haya sido esclarecido, aun cuando ha habido detenciones de autoridades municipales y federales.
El domingo pasado fue ejecutado Humberto del Valle, primo político de la gobernadora Evelyn Salgado, esposo de Zulema Carvajal Salgado, operadora de Félix Salgado y aspirante a la alcaldía de Iguala donde se perpetró el atentado.
Días antes se habían registrado una serie de hechos violentos en Acapulco y otros municipios, donde se disputan el territorio 16 grupos criminales, entre los que destacan el Cártel de Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos, Los Viagra y la Familia Michoacana.
Durante el primer semestre de este año se han registrado 800 homicidios dolosos en el estado de Guerrero, un 20% más que el mismo periodo del año pasado.
Los municipios más peligrosos son Acapulco, Chilpancingo e Iguala.
Aun cuando se han reforzado las medidas de seguridad con la presencia de la Guardia Nacional, la Sedena y la Policía Estatal no han podido detener esta terrible ola de violencia que se ha desatado en la entidad con ataques en libramientos carreteros, quema de vehículos y al transporte público con bombas molotov lanzadas a taxis y combis.
CRECE LA OLA DE VIOLENCIA
Desde el año 2000 la ola de violencia ha venido creciendo debido a la incursión de organizaciones criminales que se han asentado en la entidad y otras que han querido llegar a desplazar a los cárteles locales. El número de organizaciones ha ido en aumento, debido a que cada que se captura o abate a uno de sus líderes, los cárteles se fragmentan en células más pequeñas que diversifican sus acciones criminales para sobrevivir.
En Guerrero, como otros estados del país, las bandas criminales ya no solo se dedican al tráfico de drogas, sino también a los secuestros, extorsiones, cobro de piso, trata de personas y robos, mediante acciones cada vez más violentas.
La violencia que se ha apoderado de Guerrero es producto de la disputa por el poder de grupos tanto del crimen organizado, como de las llamadas elites políticas y empresariales, que muchas veces financian las campañas políticas, para luego cobrarse los favores haciendo y deshaciendo a su antojo sin que las autoridades puedan impedirlo.
REHENES DE LOS GRUPOS CRIMINALES
De esta manera los alcaldes se convierten en rehenes de los capos que se establecen en esos municipios para cobrarse el financiamiento cometiendo toda serie de ilícitos, convirtiéndose en contratistas exclusivos que se quedan con la mayor parte del presupuesto de obras tomando el control total de la región. Si esto sucede en un estado gobernado por una de las consentidas del presidente, qué se puede esperar en el resto de las entidades que no lo son.
Los grupos criminales se han enfrascado en una confrontación entre los distintos cárteles y contra el propio gobierno, para apropiarse del control de los territorios en disputa, lo cual es muy preocupante, pero lo realmente grave es que algunos capos son protegidos por las propias autoridades que supuestamente los combaten.
Así que la alerta sigue en Guerrero, donde los guerrerenses están en medio de una guerra de cárteles que los tiene como rehenes, por lo que urge la intervención decidida de las fuerzas del Estado, donde no hay más a quién echarle la culpa de la inseguridad que se vive y donde los abrazos ya no son suficientes.