Claudia Rodríguez
Con la supuesta idea de abollar la factibilidad creciente de sufragios a favor de Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia de la coalición Juntos Haremos Historia; el candidato José Antonio Meade de la coalición Todos por México, ha puesto en su mira de ataque de manera relevante, a Nestora Salgado ahora candidata de Morena por la vía plurinominal al Senado de la República.
Nestora ya fue enjuiciada por el delito de secuestro y homicidio, y también declarada su inocencia por siete sentencias absolutorias; cuatro de estas fueron apeladas por las supuestas víctimas y apoyadas por la Fiscalía de Gurrero, lo que de ninguna manera significa reposición del proceso, como señala Sandino Romero, abogado de Salgado.
Aunque Meade ha dicho que las acusaciones a Nestora no son contra ella, sino contra López Obrador –que alguien me explique–, ahora también se le cuestiona a la candidata de Morena al Senado su doble nacionalidad, mexicana y estadounidense, en razón de su viabilidad y elegibilidad a un puesto de elección.
Desde el año 1997, México ya admite la doble o múltiple nacionalidad respaldada en el artículo 32 de nuestra Carta Magna, lo que implica en primera instancia que los mexicanos pueden con total validez, ser reconocidos como nacionales de otros países sin consecuencia alguna. En otros tiempos, adquirir voluntariamente otra nacionalidad era causa de pérdida de la nacionalidad mexicana en automatico.
Para los efectos de estas líneas, cabe señalar que la doble o múltiple nacionalidad se encuentra regulada en cuestión de derechos y obligaciones en materia electoral y del servicio público. En 1998 en el Diario Oficial de la Federación se acotaron los ordenamientos legales en caso de existir más que la nacionalidad mexicana en una misma persona y en su caso, susceptible a ser votado o designado a un cargo público: “se requiere la nacionalidad mexicana por nacimiento y la no posesión de otra nacionalidad para ejercer ciertos cargos y funciones públicas.
Por supuesto que esta disposición engloba desde presidente de la República, gobernador de las entidades, e incluso cargos de elección a nivel federal.
La misma ley señala que es posible postularse para algún puesto de elección y de resultar ganador de la misma, se deben renunciar a todas las nacionalidades no mexicanas y además, haber nacido en suelo mexicano, para ejercer el cargo por cuestiones de soberanía y de no tener lazos jurídicos, ni deberes para con otros países.
Es así que la señora Nestora Salgado, no incurre hasta ahora, en ninguna falta con su doble nacionalidad para ser postulada a cargo de elección popular, lo que ya deberían haber declarado las autoridades electorales.
Cuando Meade y su equipo de campaña –que en distintas situaciones se extiende a otros órganos de la actual Administración Pública–, indica que su embestida no es contra Nestora, nadie puede creerle que tanta víscera sea una lanza inocente para López Obrador.
Meade se muestra como candidato que incrimina a diestra y siniestra a quien él catalogue como adversario o utilitario para sus fines.
Acta Divina… Nestora Salgado, candidata de Morena al Senado de la República, podría no recibir la constancia de mayoría en caso de ganar las elecciones el próximo 1 de julio. Así lo señaló el presidente de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE), Benito Nacif, luego de admitir que no revisaron la doble nacionalidad de la excomandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá porque no se presentó una queja al respecto
Para advertir… No es difícil imaginar quienes están armando la queja jurídica para la revisión de doble nacionalidad de Nestora. Además de que habría que hurgar en la jurisprudencia si se requiere o no queja para esta revisión.
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