CIUDAD DE MÉXICO.- La economía mundial continúa mostrando importantes secuelas de la pandemia del Coronavirus, con mayores riesgos de segundas olas de contagio. La crisis de salud desatada por el Coronavirus desde marzo de este año no ha logrado ceder, con el mundo mostrando casi 38 millones de personas infectadas de COVID-19 y poco más de 1 millón de lamentables defunciones. A pesar de cierta mejoría en las distintas curvas epidemiológias en el mundo, respecto a los meses de marzo y abril, en semanas recientes se han dado segunda olas de contagio en varias regiones, forzando a gobiernos, empresas y familias a optar nuevamente por algunas políticas de contención (e.g. Francia y Reino Unido). Aunque estas estrategias de distanciamiento social han sido menos severas que las observadas a lo largo del segundo trimestre, traen consigo el riesgo que el ritmo de recuperación económica pueda ser menos vigoroso en las próximas semanas o meses.
Quizás el aspecto más positivo venga de tres frentes principalmente. El primero relacionado a la búsqueda de la vacuna y los avances importantes que han mostrado empresas farmacéuticas en los últimos meses, como el caso de Moderna o Pfizer, entre otras. La vacuna es una variable fundamental en el proceso de decisión de consumidores y empresas para regresar a una “nueva normalidad”. El segundo frente hace alusión a la actividad económica, con cifras de alta frecuencia mostrando que lo peor se observó durante el segundo trimestre, y ahora las economías están recuperándose conforme avanzan los programa de reactivación y el mundo asimila de una mejor forma esta coyuntura de salud.
En ese sentido, las actualizaciones de pronósticos macroeconómicos más recientes de organismos multinacionales como la OCDE o el Fondo Monetario Internacional han mostrado ajustes al alza tanto para 2020 como para 2021 en lo general. El tercero está asociado a políticas económicas que continuarán dando sustento a la recuperación económica y ayudarán a las familias y empresas a transitar estos tiempos tan turbulentos. La fuerte respuesta de política fiscal y monetaria ha contribuido desde hace varios meses a la recuperación, y será un pilar importante en los próximos trimestres.
La respuesta de política económica continúa siendo un sustento importante para la economía y los mercados financieros. Se mantiene la esperanza de mayor soporte de política económica en el mundo. Dada la postura más reciente del Fed y los principales bancos centrales (e.g. los comentarios en los úlitmos días de Kuroda del BoJ y Christine Lagarde del ECB), podemos pensar que el espacio de maniobra de la política monetaria se encuentra muy limitado. Las autoridades monetarias en el mundo probablemente mantendrán condiciones laxas por un tiempo prolongado (e.g. hasta 2023 al juzgar por los dot plots que dio a conocer recientemente el Fed), pero sin posibilidad de hacer mucho más. Las minutas de las últimas decisiones del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos, del Banco Central Europeo y del Banco de México, que se dieron a conocer recientemente lo han confirmado, al igual que la gran cantidad de banqueros centrales que hasta el momento han ofrecido discursos o comentarios en diversos foros, como las reuniones anuales del Fondo Monetario internacional y el Banco Mundial que se están llevando a cabo esta semana (12 al 18 de octubre). Esto ejerce mayor presión sobre la política fiscal, con Estados Unidos en el centro de la atención, con un nuevo programa de estímulo todavía discutiéndose entre Demócratas y Republicanos, que podría ser del orden entre 1 y 2 billones de dólares, un punto medio entre ambas propuestas.
Nos encontramos próximos a las elecciones en los Estados Unidos, el mayor riesgo geopolítico en el corto plazo. Estamos inmersos en el proceso electoral de EE.UU. que concluirá el 3 de noviembre. Aunque se estarán eligiendo muchos cargos de elección popular (entre ellos Presidente, 435 asientos de la Cámara de Representantes y 35 e 100 asientos del Senado), el foco de atención estará centrado principalmente en la contienda presidencial. A escasas semanas del 3 de noviembre, día de los comicios, estamos con la incertidumbre sobre quien será el próximo presidente, cómo será el proceso de transición en caso de una derrota del Presidente Trump, así como la posibilidad de que el Partido Demócrata pueda obtener mayoría tanto en la Cámara de Representantes (que actualmente ya la tiene) como en el Senado (que en estos momentos tiene una mayoría republicana) algo que se le conoce como “blue wave” o marea azul. Los acontecimientos más recientes confirman una situación de elevada incertidumbre y de mayor volatilidad en los mercados financieros, sin embargo, ampliando la ventaja del candidado demócrata Joe Biden en el promedio de encuestas a un margen cercano a 10 puntos porcentuales: (1) El primer debate presidencial, que se consideró un caos y donde el presidente no dejó de interrumpir la participación de Joe Biden; (2) el contagio de Trump y de un elevado número de funcionarios de la Casa Blanca y miembros del Partido Republicano de COVID-19; (3) la rápida recuperación de Trump; (4) la cancelación del segundo debate presidencial que se tenía previsto para el 15 de octubre; y (5) el encuentro entre los candidatos a la vicepresidencia. Este evento geopolítico será muy importante por las implicaciones que tendrá en la estrategia de recuperación económica post-pandemia en el 2021, el manejo de finanzas públicas que muestran un menor grado de holgura, la agenda internacional, entre otros.
ENTORNO ECONÓMICO NACIONAL
La economía mexicana continúa mostrando señales de recuperación, pero todavía con fuertes retos hacia delante. Los datos publicados al tercer trimestre del año –sobre todo de julio y agosto– muestran una importante recuperación con relación al 2T20, ante: (1) Mayor reapertura de actividades; (2) impulso de la demanda externa; y (3) mejor movilidad, apoyando sobre todo al sector informal. En julio, el IGAE avanzó 5.7% m/m, liderado por la industria en 6.9%. En agosto, el alza de esta última se extendió (+3.3%) y las señales en servicios han sido en su mayoría favorables, tales como las ventas de la ANTAD (-6.8% a/a real desde -12.3% en julio), impulsadas por tiendas departamentales. El sector agrícola ha mostrado cierta fortaleza en la pandemia, aunque en agosto podría haber sido impactado por condiciones climatológicas. Para septiembre, el avance de la economía probablemente continuará, aunque a un menor ritmo. Algunos datos positivos incluyen los indicadores del IMEF (Manufacturero: 46.4pts; No manufacturero: 49.3pts), la producción automotriz (-5.5% a/a), las ventas de ANTAD (-4.1% a/a real) y el avance de las remesas. Las ganancias en empleo del sector informal se han hecho presentes desde mayo, probablemente por el ritmo de reapertura y movilidad con un total acumulado en julio-agosto de 2.1 millones de plazas, con los formales más mixtos (+202.3 mil empleos asociados al IMSS en el 3T20).
Banco de México recortó nuevamente tasas de interés, pero con discusiones al interior de la Junta de Gobierno sobre el fin del ciclo de relajamiento monetario. En su reunión del 24 de septiembre, el Banco de México recortó 25pb su tasa de referencia, ubicándola en 4.25%, en línea con el consenso de los analistas. Esta decisión fue unánime, aunque las minutas publicadas dos semanas después mostraron todavía una gran discusión entre los miembros de la Junta de Gobierno, en torno al balance de riesgos para la inflación, el crecimiento y la estabilidad financiera, incrementando con ello la incertidumbre sobre el fin del ciclo de relajamiento monetario. La incertidumbre sobre los siguientes pasos para la política monetaria sigue elevada, ejemplificado por diversos comentarios de los miembros. También hubo información relevante sobre inflación (particularmente las expectativas) y riesgos para la estabilidad financiera, con las opiniones sobre el crecimiento sin mayores cambios. Considerando que el mercado ve una Junta de Gobierno dividida y un entorno retador en el corto plazo, la curva de rendimientos descuenta con una probabilidad implícita cercana al 50%, un recorte adicional el 12 de noviembre.
El gobierno presentó un plan de inversión en infraestructura junto con el sector privado. El pasado 5 de octubre el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un plan de inversión en conjunto con el Consejo Coordinador Empresarial y otros líderes de cámaras empresariales. El plan detalla 39 proyectos por un total de $297,344 millones, de los cuales 7 ya están en ejecución ($38,149 millones) y 32 corresponden a otros proyectos ($259,195 millones). Es importante mencionar que estos proyectos se contemplan para el periodo 2020- 2021, con el compromiso de que al menos 50% del total del financiamiento sea con capital privado. El monto total de los recursos asciende a alrededor de 1.2% del PIB. Además, y de manera muy relevante, el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, mencionó que se irían agregando proyectos adicionales bajo este acuerdo en la medida en que estén listos para iniciarse, tras una etapa de análisis e identificación de nuevas oportunidades.
El Fondo Monetario Internacional dio a conocer los resultados de la Consulta del Artículo IV para México. Como parte de la evaluación anual que realiza a los países miembros, la institución dio a conocer su análisis sobre la situación de nuestro país y las recomendaciones de política económica que podrían mejorar el bienestar. Esto es especialmente relevante al tomar en cuenta la pandemia de COVID-19. En esta ocasión, varias de las sugerencias están encaminadas al combate del virus y sus efectos económicos. En este contexto, el FMI reconoció nuevamente la fortaleza de los fundamentales macroeconómicos del país, citándolos como un buen punto de partida para la instrumentación de medidas que mejoren la posición de México en el mediano y largo plazo. En específico, anticipan una contracción de 9% a/a en la actividad económica en 2020, lo cual se compara favorablemente con el estimado de -10.5% de junio pasado. La previsión para 2021 se ajustó al alza a +3.5% (+0.2%-pts) y espera un avance de 2% en promedio en los siguientes años. En el frente fiscal, recomendaron: (1) Mayor gasto para hacer frente a los efectos de la pandemia; (2) realizar planes creíbles para una reforma tributaria en el mediano plazo; y (3) reorientar el gasto público para impulsar el bienestar, la inversión y el crecimiento. El FMI considera que el banco central puede recortar más la tasa de referencia para ayudar a la economía, sugiriendo también que una revisión al marco de política monetaria podría ser favorable. También mencionaron que otras reformas son necesarias para promover la productividad y una mayor certidumbre.
Apremiante necesidad de generar confianza para incentivar la inversión privada. Como el IMEF ha comentado con anterioridad, las consultas públicas con dudosa representatividad para detener inversiones que ya habían iniciado, así como el activismo legislativo -con una gran cantidad de iniciativas fuera de contexto-, han mermado la confianza en la inversión. Una parte fundamental de la confianza para invertir depende de la certidumbre del estado de derecho y de las decisiones del Poder Judicial. La actuación del Poder Judicial ha sido recibida con beneplácito por el sector privado. Tal fue el caso de la no extensión del periodo de gobierno en Baja California, así como otorgar la suspensión definitiva a las empresas de energías limpias que se ampararon en contra del acuerdo del 15 de mayo de la Secretaría de Energía. No obstante, la Suprema Corte de Justicia de la Nación votó a favor, en una decisión dividida, de llevar a cabo una consulta pública enfocada inicialmente a enjuiciar a varios expresidentes, y cuya pregunta fue modificada posteriormente. El IMEF considera que la justicia se debe impartir con apego a derecho para todos y no puede sujetarse a una consulta ciudadana. La independencia de poderes contribuye a la estabilidad macroeconómica, así como a la confianza para invertir. Así, el IMEF reitera que es necesario cultivar la confianza en la inversión para que nuestro país pueda observar una recuperación económica vigorosa y salir adelante del fuerte impacto que ha tenido la pandemia en las familias y las empresas.
Necesaria una estrategia sólida de recuperación. Si bien los indicadores más recientes muestran una reactivación paulatina de la economía, esta se muestra débil e incierta. El impacto de la crisis sobre los niveles de empleo y de consumo ha sido profundo y la inversión productiva se encuentra disminuida, principalmente por un entorno de incertidumbre. La escasez de recursos para atender fines múltiples es una realidad ineludible de la economía y por ello hay que asegurar que la asignación de éstos se haga con la debida reflexión y eficiencia para maximizar su impacto positivo sobre el bienestar de los mexicanos. El IMEF considera que se debe actuar con oportunidad y enfoque sobre dos frentes: (1) Uno de corto plazo, para limitar un daño permanente al aparato productivo del país y acelerar la recuperación; y (2) otro de mediano y largo plazo, para impulsar la expansión de la capacidad productiva y de generación de bienestar sostenible.
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