Por Claudio De la Llata
Luego de unas precampañas en la 4T, que transitan desde los gastos escandalosos, hasta las denuncias de juego sucio y falta de piso parejo; viene el fenómeno Xóchitl Gálvez, que ha llegado a robar la tranquilidad y el sueño al inquilino de palacio nacional, donde podemos ver una embestida en contra de una mujer, desde la tribuna de las mañaneras.
Con todos los recursos del estado, con toda la fuerza de la autoridad (que no moral… aclaro), con todo el aparato de gobierno, con todo el odio de género, con toda la malicia, con toda la protervia, con toda la sevicia y con todo el corazón; Andrés Manuel López Obrador, gasta recursos, aparato de gobierno, energía, y con todo el rencor; arremete en contra de Xóchitl, mostrando su lado más oscuro, su lado más misógino, su lado más machista, su lado más incongruente, su lado perverso y su autoritarismo, pues ha encontrado a una contendiente política que con el valor de David ante Goliat, se enfrenta al estado mexicano, a la autoridad electoral, a la 4T en pleno, ganándoles todas las partidas, todos los embates, todas las declaraciones, todos los escenarios y todas las expectativas.
Así es el hoy por hoy del ámbito actual, de la política mexicana, en la que no hay duda, Xóchitl está siendo linchada por el presidente de México, pues no esperaba todo esto, no sabe cómo actuar con naturalidad y sin desproporcionalidad, no sabe cómo defenderse de una mujer que representa todo lo que proclama; todo lo que idealiza, pero no en la persona de la hidalguense, ya que ella significa su derrota y su fin; pero no lo acepta, representa su cruel destino, al que le rehúye y se niega a que exista, representa todo lo que nunca quiso que pasara y está pasando, representa todo lo que López Obrador mismo quiere representar y no ha podido, representa el fin de la 4T pero no sabe cómo evitarlo, y representa la esperanza del pueblo de México; cansado de la farsa, la mentira, la ineficiencia y la corrupción.
Ante todo ello, basta decir que no se la esperaba, no sabe cómo atacarla más, no sabe cómo decirle que se baje, que le pare; pero nada de eso va a servir, así como tampoco servirá la campaña de Enrique De la Madrid, que ha entrado en la fase testimonial, ni servirán las 31 corcholatas restantes de Alito, ni siquiera Betty Paredes podrá hacerle sombra, ya que hay una simpatía natural del pueblo de México que se ve y se siente, un colaboracionismo ciudadano espontaneo y multiplicado, para favorecer todos los propósitos de Xóchitl Gálvez, que se erige ya como la contendiente de Claudia Sheinbaun, que no goza de las simpatías, que no prende ni con gasolina, que no sabe sacar una sonrisa amable, que no sabe tener un gesto de empatía, que no sabe cómo ser “la candidata del Presidente de México”… la elegida.
Xóchitl Gálvez, parece que se está configurando como la única alternativa realmente válida de la oposición, la que está rompiendo los esquemas y llegando a grados de popularidad, en los que se pudiera vislumbrar en un futuro inmediato, como la que le pondrá un gran susto (de menos), y la que le puede propinar una derrota desastrosa a la 4T; por ello, pareciera indispensable atacarla, denigrarla, ofenderla, perseguirla, descalificarla y hacerla pedazos preferentemente.
Más nada de eso servirá, por el contrario, al victimizarla delante del pueblo de México, la han hecho más fuerte, más famosa, más vista, más querida y más popular; por lo que tal vez sería una buena idea que Andrés Manuel López Obrador cambie de estrategia, pues la que tiene, es visceral, obvia, llena de rencor e inútil.
Más le valdría al presidente de México, que se fije en quien realmente puede ganarle a Xóchitl, por las buenas, con propuestas, con proyectos viables, con ideas e innovaciones gubernamentales, con una visión de estado, pues el golpeteo ha fracasado como método de inhibición política, han fracasado el presidente, y su partido.
Finalmente valdría la pena exhortar a López Obrador a conducirse con cordura, como ya lo ha hecho el INE, que se comporte con mesura, sin misoginia, sin rencores, sin odios y sin apasionamientos, pues nunca se ha visto, que el propio presidente de México, tire por la borda el espíritu democrático, para darle paso al autoritarismo y la arbitrariedad, en una campaña de lodo, que no sólo ofende a las mujeres, sino a todo el pueblo de México.