La Espinita
Andy S. K. Brown
La verdad es que no se por qué hacen tanto escándalo por la contratación que el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México hiciera de un Seguro de Vida o Invalidez o Incapacidad Total y Permanente para sus trabajadores.
Pese a que el “austericidio” y la “pobreza franciscana” que AMLO proclama, y que prohíbe ese tipo de beneficios para los burócratas –al menos para los que menos salario perciben–, el AICM hizo bien, requetebién, en asegurar a quienes le prestan sus servicios.
Muchos de ellos son marinos y corren peligro por estar fuera del agua. Ni siquiera traen sus “flotis” puestos.
Otros están asignados a las áreas migratoria y aduanera de la terminal aérea donde los criminales reinan y, ¡cuidado! con tratar de frenar sus actividades ilícitas pues la zona es de riesgo mortal.
Hay muchos que pueden morir asfixiados por los pestilentes hedores que expele prácticamente todas las instalaciones y no sólo los abominables servicios sanitarios o baños, como se les conoce comúnmente. Un cubrebocas ya no es suficiente. Necesitan máscaras de gas.
Así que, ¡bien por el AICM!
Que bien hizo en asegurar la vida de sus trabajadores.
Ahora sólo falta que también aseguren a los pasajeros.
Corremos idénticos peligros.
* * *
No es una. Son varias las espinitas que AMLO trae clavadas en el pecho.
La más aguda, sin duda, es la de Ciro Gómez Leyva.
Víctima de un atentado, hace poco más de un año, del que por fortuna salió indemne, el comunicador es blanco casi cotidiano del “entretainer” de las mañaneras.
Recibe dados envenenados con grandes dosis de rencor de quien dice que su pecho no es bodega. Muestra abiertamente sus odios.
Lo peor es que sus seguidores, que ni idea tienen del porqué de tanta animadversión, pueden intentar repetir un ataque físico en contra de Ciro.
Mientras, AMLO ya llegó al límite. Prácticamente ha pedido a los concesionarios –no son dueños, como dijo– de la radiodifusora y de la televisora en las que el comunicador se desempeña para ¿quitarle el empleo?
Ojalá que Jaime Azcárraga y Olegario Vázquez presten oídos sordos a López Obrador.
* * *
Ya está claro. Zoé Robledo no quiso la candidatura de Morena al gobierno de Chiapas, no sólo por lo complicado que está el panorama estatal con un EZLN “reloaded”, la presencia de narcotraficantes y fauna criminal que los acompañan, la gran cantidad de migrantes de prácticamente todo el mundo a los que hay que atender, y un sinfín de broncas más.
¿Para qué ambicionar por ese premio que más parece castigo?
Mejor se quedó en el IMSS, a sabiendas quizá de que el presupuesto a manejar en el organismo tripartita centuplicaría el que ejerce anualmente su entidad natal.
Fíjese usted si no cuando ayer mismo se publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación en el que se da cuenta de que el IMSS Bienestar podrá manejar unos 110 mil millones de pesos en este 2024.
¡Cien veces más de lo que Robledo podría “ganar” gobernando una complicada Chiapas!
Así, con ese incentivo, mejor se quedó dónde está.
¡Abusado el muchacho!
@AndySKBrown1