La Espinita
Andy S. K. Brown
Claudia Sheinbaum lo dijo de chía, pero es de horchata.
“Ahora que he estado viajando tanto por el país pues he pensado que es importante que la próxima presidenta tenga un avión de esos que no tenía ni Obama”, dijo la precandidata de AMLO en un video en redes sociales.
Pues todo indica que sí tiene el avión presidencial que compró Felipe Calderón, usaron Enrique Peña, su familia, y cuates que siempre le acompañaban.
Lo pusieron a la venta, luego lo rifaron pasando la charola a los empresarios más machucones y, finalmente, nos dijeron que se lo había llevado el dictador de Tayikistán, una de las cinco ex repúblicas soviéticas de Asia central.
Así, tras cuatro años de idas y vueltas, el Boeing se vendió por 92 millones de dólares, 126 millones menos de lo que se había gastado en él.
Una ganga para el adquiriente, pues a los contribuyentes al SAT nos costó 114 millones de dólares, sin embargo, debido a las adecuaciones que se le hicieron, la suma ascendió a los 218 millones 700 mil de dólares.
Lo peor es que quienes sí pagamos impuestos seguiremos gastando en el arrendamiento del mentado avión hasta 2027 a razón de 400 millones de pesos por año, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024.
¡Un verdadero desmadre!
Ya lo vendieron en un verdadero remate de hangar.
Pero lo seguimos pagando.
O sea, doña Claudia, sí tenemos avión… aunque ya no lo tengamos.
La deuda, empero, sigue ahí.
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¿Se acuerda usted del chiste de aquel mexicano que decía a un gringo y a un francés que aquí comíamos por la nariz y que, ante el asombro de sus contertulios, decía “bueno, un poquito más abajo”?
Pues en su mañanera de ayer jueves AMLO apuntó, también, “un poquito más abajo” al acusar, otra vez, al periodista Carlos Loret de Mola de tener negocios en la industria farmacéutica.
Claro que, de inmediato, el comunicador desvirtuó la acusación, como ya ha hecho en otras ocasiones en las que el individuo que habita en el Palacio Nacional lo acusa de cualquier cosa ante su falta de argumentos para desmentir las falsedades que a diario vomita López Obrador.
AMLO en realidad apuntó un poquito debajo de Bernardo Gómez Martínez, el alter ego de Emilio Azcárraga Jean, quien además de ser ahora el director ejecutivo de Televisa –empresa en la que Loret trabajó durante un par de décadas– él sí ha mantenido acciones e intereses en Genomma Lab, lo mismo que en Landsteiner.
¿Por qué no tiró con precisión el presidente?
¿Por qué “un poquito más abajo”?
¡Sólo por fregar!
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Prácticamente está garantizado el arribo de Ricardo Anaya al Senado de la República a partir del próximo primer día de septiembre.
Mantiene una posición privilegiada en la lista de aspirantes al cargo presentada por Acción Nacional.
Lo que muchos se preguntan, sin embargo, es ¿cómo va a llegar al edificio de Paseo de la Reforma a rendir protesta y automáticamente obtener fuero constitucional?
¿También lo ingresarán en la cajuela de un automóvil como los perredistas hicieron en 2010 en el caso del entonces diputado Julio César Godoy, sobre quien pesaban acusaciones penales?
Es la misma situación por la que atraviesa el queretano Anaya.
Sólo así los muchachitos de Alejandro Gertz no podrán aprehenderlo.
@AndySKBrown1