La Espinita
Andy S. K. Brown
De dientes para afuera Xóchitl Gálvez dice estar cómoda con el acompañamiento del PRI y de su dirigente a su campaña presidencial.
En la misma situación encuentra usted al dirigente del PAN, Marko Cortés.
Se fotografían juntos. Agarrados de las manos levantan los brazos en señal de triunfo adelantado. Se ven que son cuatísimos.
Pero…
A Xóchitl se le escapa, desde el fondo del alma, que Alito Moreno es igual de pillo que Manuel Bartlett y que ninguno de ambos sería invitado a su gabinete en-caso-de-ganar-las-elecciones, como dice la frase manida.
Presenta disculpas. Se las aceptan. Pero el daño está hecho.
Marko, por su parte, acaba de descalificar al coordinador de la campaña de Samuel García, Jorge Álvarez Máynez, por su pasado priísta.
No se ha disculpado.
Pero más allá de las palabras están los hechos. En el equipo de la candidata de la Coalición (sin) Fuerza (ni) Corazón lo que abunda son los panistas, muy pocos priístas y por ahí uno que otro perredista jugando papeles meramente testimoniales.
Hechos, no palabras.
La alianza “antinatura”, como alguna vez dijera Manlio Fabio Beltrones, no cuaja.
La campaña opositora tampoco.
* * *
No soy dado a apodar a las personas porque creo que eso solo lo hacen los criminales, pero creo que hoy sí voy a romper mi propia regla en el caso de la señora que encabeza la Secretaría de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez.
Creo que desde hace un par de días el mote que mejor le queda a la funcionaria es #LadyBaches, luego de que en la Cámara de Diputados saliera con la reverenda jalada de que son los hoyos y pozos que hay en las calles lo que más preocupa a los mexicanos.
No. No son los asesinatos, ni el fuego cruzado entre grupos delincuenciales con y sin placa, tampoco los secuestros, ni los fraudes y las extorsiones… ¡son los baches!
Hay ocasiones, estimada #LadyBaches, que lo mejor es no salir de la cama.
Sobre todo, ahora que hace frío.
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Al seno del IMSS se vive una guerra sorda de todos en contra de Luisa Obrador Garrido Cuesta, sobrina de usted ya sabe quién, debido a las ínfulas que la dama se da, precisamente por su parentesco.
Socióloga de profesión, inició el sexenio como titular de Política Interna en la Secretaría de Gobernación… no obstante que provenía de un cargo administrativo en el ahora tan vapuleado Banco Azteca.
Ahí tampoco la soportaron el breve tiempo que cobró sus cheques en esa dependencia entonces bajo el mando de Olga Sánchez Cordero.
Y su pariente la mandó al Seguro Social donde inició como asesora del director general Zoé Robledo, quien luego la ascendió a titular de la Unidad de Evaluación de Órganos Desconcentrados desde donde mete su cuchara en todas las áreas de la institución tripartita.
Robledo, claro, es incapaz de meterla al orden, pese al cúmulo de quejas que sobre el peculiar comportamiento de la dama le presentan casi todos los días.
El parentesco pesa, claro está.