La Espinita
Andy S. K. Brown
Presionado por el presidente de la República, el senador Dante Delgado, que también es el mero mero del partido Movimiento Ciudadano, no tuvo otra que postular a Samuel García como candidato presidencial.
Y Samuelito, por su parte, tampoco tuvo otra que no fuera aceptar pues debieron de presentarle el cúmulo de expedientes penales que las fiscalías del país y de Nuevo León han venido coleccionando y en los que no sólo aparece él, sino también sus más cercanos familiares, como presuntos responsables de un buen número de delitos.
Tal postulación, además, alimentó el enorme ego del muchacho.
Pero caprichoso como un niño que patalea por cualquier cosa que no le agrade, ha provocado una verdadera crisis de gobernabilidad en la entidad norteña porque los legisladores opositores se niegan a cumplirle el antojo de que su interino durante los seis meses que, por licencia, se mantendrá ausente del cargo no es su secretario general de gobierno, pese a que la Constitución local lo inhabilita.
El berrinche ya llegó muy lejos, pues con lujo de violencia quiso impedir que el Congreso local nombrara al interino.
Todo ello va en contra del propio MC y, claro, contra Delgado quien no sabe, no puede o no quiere meter en cintura al güerquillo berrinchudo.
Cuidado, Dante. Puedes ser el gran perdedor. Porque bien sabes que quien se acuesta con niños, ¡amanece orinado!
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Anote usted la frase de un lector de The Federalist Papers como presumió ser Sammy Boy en la FIL, confundiendo los nombres de James Madison, Alexander Hamilton y John Jay:
“Sale Xóchitl con sus voceros; Vicente Fox, Alito, Markito y Calderón. El sonso, el borracho, el marihuano, el mentiroso y el corrupto, ese es su grupo. Ellos fraguaron un Frankenstein, juntaron el agua con el aceite, el PRIAN porque el PRD ya no existe y ahí está el pobre teporocho, ahí de juntado, a ver si le dan algo”.
Toda una clase de Ciencia Política, como solo este muchacho sabe hacerlo.
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Y a propósito de mujeres en el poder.
Sin ánimo antifeminista hay que revisar el papel de los cónyuges o parejas de algunas mandatarias estatales.
El de Mara Lezama no sólo se encarama en escenarios de espectáculos, también interviene en asuntos públicos de Quintana Roo.
El de la mexiquense que en apariencia gobierna Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel aprueba y desaprueba prácticamente todo lo que ella pone en marcha.
En Baja California el esposo de Marina del Pilar Ávila, todos coinciden, es quien en verdad manda.
Y, sin ser marido ni concubino, Horacio Duarte es el verdadero poder en el gobierno mexiquense que, dicen, encabeza Delfina Gómez.
Mientras ellas no se quiten el yugo seguirán oprimiéndolas.
@AndySKBrown1