Claudia Rodríguez
Cuando los gobernantes y funcionarios de este nuestro México se dan a la tarea de evaluar su desempeño y calificar el resultado de cada una de sus tareas acuden a la reflexión genérica, advirtiendo sus avances y claro, en lo que aún les falta por afinar.
En el Estado de México, donde al priista Eruviel Ávila Villegas le quedan aún 11 meses de gobierno, la generalidad no funciona cuando de las vidas de cada mexiquense se trata.
Como rendición de cuentas en su quinto año de gobierno Ávila Villegas advierte que en materia de infraestructura, educación y salud se tienen avances en la entidad mexiquense de reconocerse, pero la recriminación más grande ha sido año con año, el de la inseguridad que se vive en el Estado de México.
Apenas en el segundo año de gobierno de Eruviel, muchas fueron las voces que advirtieron que ante los índices de violencia e inseguridad registrados en la entidad, el mismo presidente Enrique Peña Nieto removería de su encargo a quien lo sucedió en el Estado de México, e incluso la empresa Televisa clamaba una y otra vez la destitución de Eruviel, en una especia de si no puede, que renuncie.
No obstante y hasta ahora, el crimen, la violencia y la inseguridad, incluso al interior de los hogares o comercios en el Estado de México, son asunto cotidiano. Los mexiquenses somos rehenes del miedo que provoca el sabernos inseguros y sin garantías del bienestar de los nuestros.
Eruviel como sus antecesores han cedido el territorio a la delincuencia, que tiene la misma cara con la que el mismo Gobierno hace negocios frugales para las bolsas particulares de quienes nos gobiernan y administran.
Ávila Villegas puede creer que su cosecha es exitosa, pero se equivoca. De poco sirven logros a medias, sobre todo cuando la vida de nuestros familiares, de nuestros hijos y de nosotros mismos está en vilo. Y no es retórica, es el pánico cotidiano, una realidad mexiquense.
Acta Divina… Llegar al 5º año al frente del Gobierno del Estado de México es profundamente satisfactorio: Eruviel Ávila Villegas.
Para advertir… ¿Qué habrá negociado el señor Ávila con Peña Nieto para seguir en el trono del terror?
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